El pasado martes 5 de setiembre, el fiscal general de los Estados Unidos, Jeff Sessions, anunció el fin del programa “Acción diferida para los Llegados en la Infancia” (DACA, por sus siglas en inglés), una nueva medida adoptada por el presidente Donald Trump.
El programa en cuestión, impulsado durante la administración de Barack Obama, protege a casi 800 mil jóvenes, más conocidos como “dreamers” (soñadores), quienes llegaron siendo niños a dicho país y pudieron permanecer en él, a pesar de estar indocumentados, evitando así la deportación.
Según Sessions, la cancelación de DACA no se dará de manera inmediata, sino que se dejará que los permisos caduquen en los próximos meses. Además, se otorgó al Congreso un plazo de 6 meses para elaborar una nueva legislación que dé solución a este problema y regularice la situación de los jóvenes, pues, de lo contrario, estos volverían a su condición de ilegales. Asimismo, el Departamento de Seguridad Nacional indicó que no se aceptarán más solicitudes para DACA a partir del 6 de setiembre.