El pasado viernes 06 de octubre, el Presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, sostuvo que no se reunirá en el Palacio de Gobierno con la Comisión Lava Jato y que cualquier comunicación con dicha comisión la hará por medio escrito.
La Comisión Lava Jato es la comisión creada por el Congreso en el 2015 que se encarga de investigar el pago de presuntas coimas a funcionarios peruanos por parte de las constructoras brasileñas Odebrecht, Camargo Correa, OAS, Andrade Gutierrez y Quiroz Galvao. Actualmente, esta comisión está presidida por Rosa Bartra, tras la renuncia de Victor Albrecht por presunta vinculación con el encarcelado ex gobernador regional del Callao, Félix Moreno.
La negativa del Presidente es totalmente legítima, pues el Jefe de Estado tiene un status especial de inmunidad que está contemplado en el artículo 117 de la Constitución Política del Perú, que señala que: “El Presidente de la República solo puede ser acusado, durante su período, por traición a la patria; por impedir las elecciones presidenciales, parlamentarias, regionales o municipales; por disolver el Congreso, […] y por impedir su reunión o funcionamiento, o los del Jurado Nacional de Elecciones y otros organismos del sistema electoral.”
De esta manera, como señalan diversos constitucionalistas, el Presidente podría ir solo como una suerte de cortesía o porque lo considere oportuno, pero constitucionalmente no está obligado. Pues, en caso de que la Comisión Lava Jato insistiera en que Pedro Pablo Kuczynski compadezca ante ellos estarían contraviniendo un mandato expreso de la propia Constitución.
Por otro lado, el Presidente también justificó su negativa afirmando lo siguiente: “Es un circo, la vez pasada que acepté reunirme con una comisión sobre el caso del doctor Moreno, los invité a Palacio, vinieron todos y fue una recatafila de insultos espantosos. Yo no voy a someter a la presidencia de la República a eso.”