El pasado martes, Bolivia sorprendió al mundo tras el anuncio emitido por su Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), en el cual se declaró que todas las autoridades electas (presidente, vicepresidente, gobernadores y alcaldes) podrían ser reelegidas. Este dictamen, como sostuvo el TPC, rompe con las barreras constitucionales establecidas en la Carta Magna que “socavan los derechos políticos de las personas” al imponerse un límite de veces en las que una persona puede postular a un cargo público.
El reciente fallo del tribunal tiene como precedente el recurso de inconstitucionalidad abstracta presentado por los miembros de la bancada del partido de Evo Morales, en el mes de setiembre del presente año.
Frente a esta decisión, que, además, es inapelable, Estados Unidos, a través de un comunicado, ha mostrado su preocupación, puesto que, como se sabe, el actual presidente ocupa el cargo desde el 2006. Como era de esperarse, el pronunciamiento del gobierno norteamericano ha generado indignación entre los funcionarios bolivianos y, en ese sentido, el propio Evo Morales ha calificado las declaraciones de dicho país como una “amenaza”, la cual lo habría impulsado a decidirse a participar en los comicios del 2019. “Yo no estaba tan decidido. Ahora estoy decidido. Voy a ser candidato, hermanas y hermanos, en 2019″, dijo en un acto en Cochabamba, en el centro del país.
De otro lado, no todo el pueblo boliviano está de acuerdo con esta nueva medida, por ello, se han iniciado una serie de protestas desde el día miércoles.