A principios del presente año 2021, nuestro país pudo atestiguar el resultado de la evalución de competitividad efectuado por el prestigioso y exigente Instituto Fraser; Esto último, en el marco de su encuesta anual minera. Este estudio, que se enfocó en el desempeño minero del año 2020, reveló los resultados del último ránking de competitividad minera, en cuyo reporte nuestro país desciende diez (10) puestos más con relación a la encuesta del 2019. De esta manera, el Perú llegó a ocupar la posición número veinticuatro (34) de un número total de 77 países evaluados. Cabe resaltar, que esta encuesta anual evaluó, entre otros aspectos, el atractivo de las setenta y siete (77) jurisdicciones mineras con respecto al fomento de la inversión minera; Así como a las políticas públicas que incidan en la actividad minera. Esta encuesta, que se realizó online, recogió la opinión de más de 2000 funcionarios y empresarios mineros de regiones y países de los cinco continentes. Lo preocupante, de este último reporte, es que nuestro país, lejos de mejorar en los distintos aspectos bajo análisis, siguió cayendo dramáticamente[1].
De este modo, el Perú perdió posiciones con relación a competidores tradicionales directos, en el hemisferio, como lo es la nación chilena.También, nuestro país perdió posiciones con respecto a jurisdicciones como la provincia de Salta (Argentina) que ha sobresalido entre jurisdicciones del hemisferio. Definitivamente, esta pérdida de ubicación competitiva, significará menos inversión, menores ingresos fiscales, pérdida de bienestar general y la ausencia de desarrollo local y tecnológico. Pero, no todos los elementos bajo evaluación fueron desalentadores para el Perú, Toda vez, que mejoramos en la percepción política de los inversionistas mineros. De esta manera, la calificación del periodo 2020 mostró una mejor puntaje en comparación con los resultados de la encuesta del 2019 en la clasificación del Instituto Fraser. De esta forma, el Perú se ubicó en la casilla 42 de 77 en lo que concierne al aspecto político. En la evaluación del año 2020, de acuerdo a información del Instituto Fraser, los encuestados manifestaron tener una menor preocupación acerca de la incertidumbre con respecto a la normativa medioambiental, la incertidumbre con respecto a la administración y cumplimiento de las regulaciones existentes y duplicación e inconsistencias. Aunque, aun persiste la inquietud de los empresarios mineros sobre la incertidumbre e inconsistencias regulatorias en Perú.
En suma, según el exigente y competitivo instituto Fraser, este descenso del Perú responde a la natural y legítima preocupación de las empresas de exploración por las inconsistencias regulatorias y la percepción política. Recordemos, que si bien disminuyó la preocupación de los inversionistas mineros con respecto a los factores políticos, esta inquietud no logró disiparse del todo, porque aun persisten defectos en nuestro escenario económico y político[2].En este punto del ensayo, usted amigo lector debe de preguntarse qué es el instituto Fraser y por qué es importante. Más aun, si nuestros lectores no siempre son entendidos en la terminología minera o en las distintas instituciones vinculadas con el negocio minero. En este sentido, queremos señalar que el instituto Fraser, creado en 1974, es un centro de investigación de Canadá cuya misión se centra en medir, estudiar y comunicar el impacto de los mercados competitivos y la intervención gubernamental en el bienestar de los individuos[3]. La encuesta anual de empresas mineras, es importante debido a que analiza los efectos de la dotación de minerales y factores de política pública; como los impuestos y la regulación de los países evaluado con respecto a las inversiones en exploración[4].
Habiéndonos pronunciado acerca del significado y relevancia del instituto Fraser, ahora podemos ahondar en el por qué la pérdida de valor o competitividad nos perjudican como nación minera. Sin duda alguna, la baja en la calificación Fraser afecta considerablemente al panorama minero de nuestro país. Más aun, cuando los países con los que tenemos la costumbre de competir, en calidad, precios y beneficios empresariales en el mundo y la región, año a año buscan ganar posiciones para atraer más capital. Desde luego, esta sucesión de deficiencias más arriba descritas golpean seriamente la competitividad minera del país y hacen mella en la imagen de nuestro como receptor de inversiones mineras[5]. Ahora bien, y pasando a evaluar a grandes rasgos la encuesta Fraser, creemos pertinente subrayar que dentro de los casos más resaltantes de jurisdicciones atractivas, la jurisdicción más atractiva para invertir en minería es el estado de Nevada. Esta jurisdicción se destaca por la presencia de condiciones inmejorables para la actividad minera, junto a facilidades para la exploración y gran libertad económica. En lo que respecta a la peor jurisdicción minera, según lo arrojado por la encuesta, tendríamos a Venezuela. Como se tiene presente, Venezuela es un país socialista, con economía intervencionista, sin libertad económica plena con condiciones desfavorables para la minería.
Al mismo tiempo, y en el contexto de esta nueva encuesta anual del Instituto Fraser 2020, un caso que nos merece una mención especial, es el de la nación colombiana que viene comandando el índice de atracción de inversión en América Latina (y ocupando una posición honrosa en el plano mundial). Es del caso, que este país sudamericano logró subir 28 posiciones en el ranking, llegando a ocupar la plaza 28. En este reporte se destaca en especial la política minera de apertura y diversificación de la parrilla minera (diversificación de minerales metálicos como el cobre, oro y níquel). Otro aspecto que se destaca de Colombia, es su decidida política de fomento de inversión en exploración. Esta política minera colombiana, es muy agresiva al contar con muchas facilidades que hacen especialmente atractiva a Colombia. De esta manera, en la actualidad Colombia cuenta con un gran potencial geológico, normas que promueven la eliminación de barreras comerciales, así como disposiciones que propugnan la flexibilización de procesos de adjudicación de las áreas mineras, instituyendo un proceso ágil, oportuno y atractivo.
Ahora bien, y descontando los excelentes resultados de Colombia[6], que han sido muy destacables, en general el Perú (42°), junto a Guyana, Brasil y Chile, siguen manteniéndose como jurisdicciones latinoamericanas con mayor atractivo para la inversión minera. En los últimos años, el Perú ya había escalado posiciones en este ranking competitivo gracias a su apertura comercial, predictibilidad y a las facilidades para con la inversión. Pero, desde el 2019 comenzó la caida progresiva debido a factores políticos, conflictos sociales y deficiencias regulatorias.
Estas condiciones, permitieron al país ocupar en el año 2018 una posición más decorosa, ubicándonos en el puesto 14, de 83 jurisdicciones o regiones mineras. Lastimosamente, en el último reporte perdimos el rumbo y retrocedimos en competitividad. Otro elemento que debe de tomarse en cuenta, y que no nos permite tener la calificación positiva estable en el ranking Fraser, es el hecho de que la inestabilidad política actual en el Perú no permite mantener la regularidad y flexibilidad del marco legal minero. Cabe resaltar, que el elemento político no es un problema reciente, sino que tiene ya varios años. Otro factor, que ha incidido dramáticamente en la competititivad minera peruana, es el hecho de que la conflictividad social no se ha disipado, sino que ha incrementado de forma alarmante afectando distintos sectores productivos. Lo más grave de todo este escenario, es el hecho de que muchas veces los representantes y autoridades políticas tienden a avalar y/o alentar las protestas exacerbando el descontento social. Estas consideraciones, encarecen el manejo de los conflictos sociales. A esta circunstancia, vale agregar que muchas veces no hay entendimiento real y directo entre el inversionista minero y la población.
Para nadie es un secreto, que en nuestro país vienen siendo crecientes los conflictos en varios lugares del país. Es más, según la Defensoría del Pueblo, las controversias sociales han pasado de 161 a 183 en los últimos años. A este hecho, cabe añadir la percepción del inversionista extranjero de que el Perú viene siendo azotado por inestabilidad política. Aunque, como lo señalamos más atrás, a pesar de esta agitación política el inversionista ve con optimismo la coyuntura actual debido a la menor incertidumbre social, mejores medidas políticas y el interés del gobierno por reactivar la economía. Otro aspecto, que incide en el encarecimiento de las condiciones para el desarrollo de la exploración y explotación minera en Perú es la gran indiferencia y desinterés de los ultimos gobiernos de fortalecer la institucionalidad del Perú, restablecer el orden y brindar mejores reglas que hagan viable la actividad minera con simplificación y predictibilidad. Esta realidad, es la que creemos ha venido incidiendo poderosamente en la calificación Fraser de los últimos años, en el cual se puede percibir niveles menores de optimismo del empresariado minero nacional y extranjero. Definitivamente, con un gobierno débil institucionalmente, incapaz de mantener el orden, con dificultades para dar lectura a la coyuntura e inclinado a acoger fórmulas demagógicas y populistas, no podemos más que anticipar el fracaso en todo esquema de inversión, al no contar con reglas claras de juego ni estabilidad.
Obviamente, estas acciones llevan grabadas implícitamente una conducta anti-inversión aun cuando el gobierno pretenda dar una señal distinta. Siguiendo esta línea, y siendo enfáticos, consideramos indispensable expresar que para poder acoger inversión y acceder a sus ingentes beneficios, los inversionistas necesitan claridad y estabilidad en las normas gubernamentales. Esto último, es importante porque a la fecha, en Perú contamos con más de cuarenta y siete proyectos mineros, que juntos, suman alrededor de 57,772 millones de dólares americanos; Lo que representa condiciones inmejorables y ventajosas de inversión. Si sólo nos enfocamos en los planes de inversión del presente año 2021 y del año anterior, la inversión minera podría rondar por los 12,800 millones de dólares americanos. Pero, estos beneficios, propios de la inversión minera, serán cada vez más remotos mientras no se corrigan barreras burocráticas, no se actúe con claridad, con simplificación y se politice la actividad minera. Como es lógico, y a pesar de mejoras individuales en algunos factores como el político (que se hizo notar en el último reporte), aun persisten falencias y problemas sociales y políticos como los descritos más arriba.
Este escenario difícil, hace a los inversionistas muchas veces sentirse inseguros frente al Estado peruano, cuyas autoridades muchas veces parecen no tener un discurso sólido y convincente con respecto a la actividad minera. A pesar de estos cuestionamientos justificados y del creciente descontento de los inversionistas, estos siguen apostando por la minería en la convicción que nuestro país podrá superar las dificultades políticas y administrativas, así como porque el Perú es un país con una gran tradición minera histórica. Es por este motivo, que en la encuesta del Instituto Fraser se refleja mayor confianza en el factor político peruano. En los últimos dos últimos años, en nuestro país, las cifras de inversión minera tuvieron un comportamiento irregular; Ya que no han sido las esperadas. De esta forma, el año 2020 cerró con una inversión real cercana a los 4,200 millones de dólares americanos. Cabe precisar, que la inversión para el año 2020 se concentró en tres (03) proyectos confirmados: Quellaveco de Angloamerican y Mitsubishi, Mina Justa de Minsur, así como la ampliación de Toromocho ejecutada por Chinalco de China. Según lo afirmado por el Ministro de Energía & Minas actual de Perú, Jaime Galvez, para este año 2021 se espera la puesta en marcha de la fase de construcción de cerca de siete (07) proyectos mineros.
De ese grupo, resalta el proyecto de Yanacocha Sulfuros con un estimado de inversión que asciende a los 2,100 millones de Dólares. En este año, además, se espera el inicio de la construcción del proyecto argentífero Corani, localizado en la región Puno, con una inversión que bordea los 579 millones de Dólares, el proyecto de oro de San Gabriel, en Moquegua, con inversiones ascendentes a 422 millones de Dólares, entre otros[7]. Lo paradójico de todo este escenario, es que año a año todas las delegaciones de nuestro país que suelen participar en las distintas ferias mineras o roadshows que se desarrollan en el extranjero tales como PDAC[8] señalan: “Que el país ofrece un marco legal atractivo y que otorga libertad de destino para las ganancias”. (…) hablamos del país que atraerá inversiones”. No obstante , cuando nos volcamos a ver la realidad peruana, podemos percibir que al interior de nuestro país las autoridades gubernamentales insisten en actuar de manera improvisada, con fines políticos, con poco criterio técnico, poca o nula seriedad y una muy baja orientación a favorecer la simplificación administrativa y predictibilidad, lo cual no constituye una señal positiva para el inversionista nacional e internacional. Atendiendo a estas consideraciones descritas, creemos que el estado peruano tiene varios aspectos que reforzar, mejorar y optimizar para poder contar con las condiciones esenciales que nos permitan seguir siendo considerado como un país referente dentro de las naciones latinoamericanas más atractivas para inversión y desarrollo de proyectos mineros ambiciosos.
Hoy en día, teniendo en cuenta nuestra caída estrepitosa en el ranking Fraser, constituye un imperativo introducir las mejoras competitivas estructurales y medidas económicas, administrativas y legales esenciales que nos permitan recuperar el sitial que tuvimos algunos años atrás. En esta línea, el Perú necesita imperiosamente fortalecer la capacidad de gestión en todos los niveles de gobierno. Asimismo, en el momento de promover la minería ,el país debe de mantener una imagen coherente tanto al interior del mismo como en el exterior. En ese orden de ideas, constituye una gran exigencia el fortalecer la credibilidad de los gobiernos a través de normas que combatan la corrupción, que promuevan la simplificación administrativa, la sostenibilidad de las decisiones y la coherencia de las acciones de sus funcionarios en el cumplimiento de sus compromisos asumidos. Desde luego, otro aspecto fundamental en el que se deberá hacer hincapié, para reforzar nuestros niveles de competitividad, es en la conservación del marco legal económico y en preservar la estabilidad política y social; Toda vez, que sólo un estado estable en sus decisiones, estable en sus instituciones y libre de vaivenes políticos, podrá ofrecer condiciones ventajosas para la inversión minera.
Otro elemento, que debemos de enfatizar, para asegurar un mayor flujo de inversión, es el principio de autoridad; En este sentido, al ratificar la plena vigencia del principio de autoridad, se podrá garantizar el orden público y afianzar las decisiones del gobierno para consolidar el estado de derecho. A la par, y si queremos ser plenamente competitivos para hacernos más atractivos al inversionista extranjero, debemos de promover la claridad y estabilidad de nuestras normas en el tiempo. Al mismo tiempo, necesitamos fomentar importantes reformas económicas y estructurales que permitan mayor flexibilidad y dinámica para viabilizar el flujo de inversión en el Perú. Desde el plano gubernamental y legislativo, y con el propósito de fomentar la inversión y una mejor calificación fraser, el gobierno peruano debe de incentivar distintos cambios sustanciales que hagan más atractivo a nuestro país frente a la comunidad internacional. Siguiendo este orden de ideas, y con el afán de contar con factores más atractivos para darle cauce a la inversión, el estado peruano debe proponerse mejorar y flexibilizar el régimen laboral especial en minería. En esta línea, se necesitan reformas laborales más flexibles que logren reflejar la realidad, riesgos y la dinámica de los proyectos mineros permitiendo regímenes de promoción minera con beneficios tributarios y demás condiciones legales. Otras regulaciones, que deberán tenerse en consideración en el corto y mediano plazo, son las de evaluar liberalizar el comercio y buscar reformas tributarias que simplifiquen el regimen impositivo minero.
En esta línea, consideramos trascendental que se fomente un tratamiento más favorable a la inversión minera, a través de la actualización del régimen de estabilidad jurídica y tributaria para incrementar el interés del inversionista. En lo que concierne al plano sectorial a nivel del Ministerio de Energía & Minas, para ser más competitivos frente a las agencias clasificadoras de riesgo y de competitividad minera como Fraser, se debe de reforzar procesos de difusión de la industria minera en el plano nacional e internacional; Esto último, intensificando la difusión de las innumerables ventajas y beneficios de la minería, y su promoción, en lugares apartados para transmitir los beneficios inobjetables de la actividad minera y entender su finalidad. Al mismo tiempo, en lo que concierne a la dinámica de relación público-privado, se deben de forjar más alianzas estratégicas para reforzar la educación y capacitación permanente de las poblaciones donde se puedan llevar adelante proyectos mineros y lograr sostenibilidad en la población. Un aspecto esencial, para asegurar la uniformidad y regularidad del trabajo político del gobierno, y que muchas veces no sucede, es asegurar la continuidad ministerial del titular del sector. Lamentablemente, cada periodo se producen sucesivos cambios de titulares del Ministerio de Energía & Minas, lo cual interrumpe el trabajo y la regularidad de las disposiciones, así como de la política minera al mediano y largo plazo.
En este término, creemos necesario sugerir que se instituya a la minería dentro de los objetivos estratégicos nacionales, para así promover con mejor precisión la actividad minera, priorizar la inversión en exploración, simplificar la legislación para reducir barrerar burocráticas y lograr involucrar e integrar al estado, empresa privada y comunidad. En lo que respecta al sector privado, y para facilitar el relacionamiento con las comunidades y poblaciones aledañas a los proyectos mineros, así como para tender a un desarrollo minero armónico, creemos conveniente seguir la pauta de las jurisdicciones mineras más exigentes y competitivas como el estado de Nevada, Canada y Australia Occidental, que son modelos mineros mundiales de política minera segura, sustentable, sólida ambientalmente y con altos estándares de calidad. En esa línea de pensamiento, se necesita implementar normas que refuercen disposiciones del buen gobierno corporativo más claras que fomenten la transparencia, planes anticorrupción y políticas de relacionamiento comunitario más sólidas y sustentables que permitan un relacionamiento armonioso y constructivo entre la inversión y la población. A la par, el gobierno nacional, en concurrencia con la inversión minera, deben tender a fomentar la suscripción de alianzas estratégicas que refuercen la cooperación en la formulación de proyectos sustentables y de promoción del desarrollo local.
Al igual como sucede en Australia, es necesario promover más las asociaciones entre la industria y el propio gobierno como promotor de la inversión y el desarrollo. De esta forma, se podrá promover con más fuerza la provisión de bienes y servicios, lo que redundará en la cadena de valor productivo proyectando efectos positivos de entre todos los actores del escenario minero. Otro campo que requiere de mucho trabajo en nuestro país, para lograr ser más competitivos en el negocio minero, es el esquema de programas de participación comunitaria integral. Pues bien, viendo este estado de las cosas, es innegable que el negocio minero en el Perú en los últimos veinticinco (25) años ha mostrado un gran desarrollo, expansión y mejoras sustanciales en sus intentos por promover la inversión, a través de la simplificación administrativa, por medio del desarrollo minero tecnológico sustentable con mejores prácticas ambientales. Sin embargo, si como país pretendemos seguir por el camino correcto del crecimiento, desarrollo y calidad en nuestra industria minera, necesitamos poner énfasis en reformas que nos permitan ser más competitivos. Así, podremos estar en el radar empresarial mundial como destino inmejorable para actividades mineras. En esa línea, no debe de relativizarse o restar importancia al reciente traspié que hemos tenido en el ranking de competitividad Fraser; Ya que es indispensable para nuestro país ir introduciendo mejoras que nos posicionen en lugares de vanguardia dentro del sector minero mundial a través de la competitividad.
En este punto del análisis, no podemos sino reconocer que el estado peruano tiene varios retos y desafíos estructurales, gubernamentales y legales que deberá de implementar para poder contar con las condiciones esenciales que nos permitan seguir siendo considerado como uno de los destinos mineros más atractivos para inversión y desarrollo de proyectos mineros. Es así, que debemos seguir apuntando alto y pensando en grande como nación. Pero, esta es una prueba de fuego que no sólo depende del sector privado, sino de la comunidad, el estado y los demás operadores mineros. De este modo, y a nuestro juicio, el Perú debe de priorizar la actividad minera estableciendo políticas que arraiguen aun más esta actividad y en sus ingentes beneficios; Esto último, reiteramos, a través de políticas estratégicas y campañas de capacitación y educación para la ciudadanía. Sin duda alguna, es indispensable ser más competitivos para acoger más inversión minera. Así, el Perú sera preferido en lugar de otras economías igual de competitivas. Para ello, debemos tratar de distinguirnos y ofrecer condiciones más ventajosas que los demás competidores en el concierto minero mundial. La minería peruana, no sólo genera desarrollo, sino bienestar, empleo, progreso e infraestructura básica. En buen cristiano, sólo podremos ser más competitivos y lograremos la calidad total si fomentamos decididamente la inversión minera, otorgando estabilidad política y seguridad jurídica, que son las claves del desarrollo minero competitivo.
Al mismo tiempo, el Perú debe de preocuparse en desarrollar infraestructura esencial en aquellas áreas del territorio nacional en las que se lleve adelante operaciones mineras. Es decir, deben de existir mejores puentes, carreteras, vías de acceso y demás que reduzcan la inversión y permitan eficiencia en el gasto de los proyectos mineros. De igual manera, creemos conveniente establecer que sólo el día en el cual se ejecuten grandes obras de infraestructura esencial, ferroviaria, autopistas, y demás pertinentes que faciliten el acceso a la operación minera, se podrá gozar de la calidad y brillantez que se requieren para hacernos cada día más atractivos y competitivos frente a otros países con los que disputamos posiciones de vanguardia en el negocio minero. Ahora bien, y como ya lo apuntamos a lo largo de nuestro trabajo, en este objetivo de competitividad, resulta imperativo que el Perú fije reglas normativas predecibles y claras, que optimice sus controles medio-ambientales, que mejore su relacionamiento comunitario, que optimice su cadena de producción y empodere a sus proveedores junto a la empresa privada, que persiga el desarrollo local, la mejora tecnológica, así como los objetivos del desarrollo sostenible y demás objetivos de competitividad, eficiencia y crecimiento compartido. Sin duda alguna, es cierto que hemos tenido un traspié en los indicadores Fraser, pero no quiere decir que estemos en caída libre; Sino que este resultado desfavorable constituye una oportunidad de mejora, y un gran aliciente, que nos permitirá empeñar esfuerzos para introducir cambios positivos que nos hagan más competitivos y nos permitan superar todos los estándares de calidad y libertades económicas.
Indudablemente, sólo podremos ser más atractivos a la inversión minera si añadimos a nuestro coctel de derechos y libertades económicas regulatorio-minero, factores como la estabilidad económica, estabilidad política, competitividad y eficiencia. No tenemos la fórmula mágica, pero hemos considerado un imperativo proponer ideas que eventualmente puedan ser consideradas por nuestras autoridades políticas y del sector empresarial. En ese camino, sólo alcanzaremos niveles óptimos de apertura económica, competitividad y excelencia en la industria minera, en la medida que nos encontremos frente a un régimen administrativo regulatorio predictible, un marco legal general sólido, acompañados de un regimen económico consistente con políticas tributarias competitivas y flexibles. Estos últimos, son factores claves para hacer que una jurisdicción sea interesante y atractiva frente a la percepción de los inversionistas mineros. Solamente, introduciendo cambios dinámicos e interesantes para la inversión, en consonancia con el bienestar de los peruanos, podremos abrazar grandes esperanzas de alcanzar mejoras sustanciales que nos permitan ubicarnos en el selecto grupo de países atractivos para la actividad minera. Nada es imposible en esta vida. Menos aun, cuando nos trazamos propósitos ambiciosos en base a trabajo puro, disciplina e integración (esfuerzos público – privado). Si Australia, Nevada y Canadá han podido sobresalir como referentes de libertad económica, apertura a inversiones y de facilidades a la industria minera, porque no podríamos trazarnos el mismo objetivo para nuestro país para seguir destacando nuestras bondades como destino minero y recuperar así nuestro sitial privilegiado como nación protagonista en el marco del concierto minero mundial. No perdamos de vista, que el Perú es una nación de gran tradición minera ancestral que necesita explotar sus recursos naturales para así llevar esperanza, bienestar, crecimiento económico y desarrollo integral para nuestro pueblo.
Bibliografía:
Colombia mejora en el índice de mejores prácticas y potencial mineral. Portafolio. Febrero 2021.
Crecimiento del PBI confirma avances en reactivación del sector minero energético. La República. Minas. 2021
Perú retrocede del puesto 24 al puesto 34 en el ranking de inversiones mineras del Instituto Fraser
Perú retrocede del puesto 24 al puesto 34 en el ranking de inversiones mineras del Instituto Fraser. Ecomingrupo.
Minería al 2019: Proyectos que dinamizaran la economía peruana. Panel G: CEO Forecast 2019.
Inversión Minera a Noviembre 2020 sumó US$3,667millones. IIMP.
https://iimp.org.pe/raiz/inversion-minera-a-noviembre-2020-sumo-us-3,667-millones
Siete Proyectos Mineros Inician su Construcción en el año 2021. MINEM. Instituto de Ingenieros de Minas del Perú.
https://iimp.org.pe/actualidad-minera/siete-proyectos-mineros-inician-su-construccion-el-ano-2021
Todo lo que necesita saber sobre la PDAC. ¿ Que es el PDAC?. Mining Press. 2013.
http://miningpress.com/pdac2014/249942/todo-lo-que-necesita-saber-sobre-la-pdac
Encuesta Fraser. Sector Minería. Sociedad Nacional de Minería Petróleo & Energía.
https://www.snmpe.org.pe/mineria/encuestas-fraser-institute.html
Encuesta Anual de Empresas Mineras 2012-2013. The Fraser Institute. 2013.
https://www.fraserinstitute.org/sites/default/files/mining-survey-2012-2013-spanish.pdf
Avances en Competitividad Minera. Banco Central de Reserva del Perú. Recuadro Dos.
https://www.bcrp.gob.pe/docs/Publicaciones/Reporte-Inflacion/2015/mayo/ri-mayo-2015-recuadro-2.pdf
Inversión minera en Perú alcanzará los US$4,200 Millones el 2020. IIMP. 2020.
https://iimp.org.pe/actualidad-minera/minem:-inversion-minera-en-peru-alcanzara-los-us-4,200-millones-el-2020
Inversiones mineras sumarían US$12,800 Millones entre 2020 y 2021. IIMP.2020.
https://iimp.org.pe/promocion-minera/inversiones-mineras-sumarian-us12800-millones-entre-2020-y-2021
[1] Lo que afecta considerablemente nuestra imagen como receptor especial de inversión minera en el mundo.
[2] Un ejemplo tangible con respecto a la influencia política e inconsistencia regulatoria, se pudo advertir en la insólita negativa a la Licencia de Construcción del proyecto minero Tía María de la minera méxicana Southern Copper hacia finales del año 2019.
[3] Anualmente, este instituto prepara un ranking mundial mediante el cual mide el atractivo de los distintos destinos mineros con respecto a la inversión; Esto último, en función a la percepción de los principales actores del quehacer minero en el mundo.
[4] Desde 1997, Fraser Institute desarrolla encuestas anuales a empresas mineras y empresas de exploración para evaluar la medida en que las dotaciones minerales y factores de política pública, como los impuestos y la regulación, afectan a las inversiones en exploración. Esta iniciativa, surgió de una conferencia sobre minería en Fraser Institute, celebrada en Vancouver, Canadá, en el año 1996. El índice formulado por Fraser, parte de la premisa que para atraer inversión es necesario que exista la riqueza mineral y que además el marco regulatorio otorgue facilidades para la extracción del recurso.
[5] Estas deficiciencas descritas, junto a regulaciones de permisos de exploración y explotación (en Perú) excesivas e impredecibles, afectan la dinámica de la inversión minera, dañando la necesaria predictibilidad y flexibilidad de la que deben de gozar estos para fortalecer un entorno propicio para la minería.
[6] Los factores de inversión en los que Colombia obtuvo calificación alta en la encuesta del Instituto Fraser del año 2020:
- 60% en la sección fomento de inversión.
- 82% en la sección potencial mineral.
- 67% barreras comerciales.
- 67 % disponibilidad de mano de obra.
- 66% regulaciones laborales.
[7] El ministro Gálvez, expresó, además, que para el 2021 se esperan concretar otros proyectos importantes como el nuevo tajo de Pampacancha (Cusco); Optimización Inmaculada (Ayacucho) y Chalcobamba Fase I (Apurímac); Proyectos que figuran dentro de la Cartera de Proyectos de Construcción de Mina 2020-2029, elaborada por la Dirección General de Promoción y Sostenibilidad Minera (DGPSM).
[8] Prospectors and Developers Association of Canada (PDAC) es el congreso de exploración minera más grande del mundo, el mismo que se lleva a cabo anualmente en Cánada.
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