Pensando en el artículo para este mes escuche la frase que estoy utilizando como título en una serie de Netflix, y la enlace con otra frase que escuche el día anterior del tío de una amiga “mejor no contradecir a las mujeres porque siempre pierdes, siempre se hacen las víctimas”.
¿Qué tan importante es la belleza para la mujer, y cuántos adjetivos o etiquetas (estereotipos de género) ha tenido que han marcado y normalizado una sociedad machista?
El tan valorado atributo de Belleza, atribuido principalmente a las mujeres, es uno de los estereotipos más comunes y criticados por la sociedad. La sociedad ha creado en sus distintas épocas un ideal de belleza, y en la actualidad se ha convertido en un ideal casi inalcanzable por la mayoría de la población femenina, creando problemas de autoestima y auto superación. Cuerpos perfectos, delgados y tonificados, sin ninguna imperfección, son temas que podemos ver en el día a día con tan sólo prender la televisión. Y este atributo ha llevado a la sociedad desde las culturas clásicas a establecer como una premisa de la esencia de su cultura, que la belleza en la –polis (ciudad)- crea un sentimiento de grandeza cívica, que tiene implicaciones sociales profundas y realmente no somos conscientes de la forma en que la belleza afecta nuestras relaciones, nos da enormes posibilidades o nos las quita.
Ahora bien, hay otros estereotipos además de la belleza, el matrimonio, la violencia, hijos, delgada, necesito que me mantengan, solterona, fea, no son líderes, víctima, joven, emocional, marido, estúpida, vieja, inestable, pobre, violación, gorda, ama de casa, sumisa, prostitución, bruta, sólo sirves para lavar platos, y la lista es larga, cuántas historias de mujeres hay detrás de estas palabras o frases, realmente se trata de que la mujer tiene un discursete de víctima a fin de obtener privilegios de la sociedad o porque la feminazis han inundado el mundo moderno con sus panfletos con discursos falsos o exacerbando las situaciones?, o por el contrario es una realidad que ha marcado la historia de muchas mujeres?, qué opinan? Definidamente, mi posición es esta última, y en estas historias posiblemente algunas han logrado librar bien y otras no también, y si además una mujer alberga otros factores que motivan su discriminación, tales como la edad, la etnia, la discapacidad o la condición socioeconómica , que se añaden a su condición femenina, se enfrentan a modalidades complejas de discriminación (interseccionalidad), una sola persona tiene varios motivos para sentirse menos en una sociedad dominada por el patriarcado, he de reconocer que yo misma me he etiquetado con algunos de los adjetivos o sustantivos que enumero, y definitivamente no son gratuitas, desde muy pequeña las escuche y marcaron varias de las decisiones que tome, por suerte muchas fueron buenas decisiones, pero con ese sinsabor que tiene los prejuicios, no creo que sean situaciones superadas y por el contrario generan baja autoestima, depresión, a ello se le conoce como estereotipos de género que condicionan nuestras conductas y nuestros comportamientos en la sociedad.
Entonces los estereotipos de género definen el rol de una persona en función de su sexo y, con ello, están estableciendo las metas y expectativas sociales tanto del hombre como de la mujer. Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), un estereotipo de género “es una opinión o prejuicio generalizado acerca de atributos o características que hombres y mujeres poseen o deberían poseer o de las funciones sociales que ambos desempeñan o deberían desempeñar”, los cuales pueden ser tan nocivos que limitan la capacidad de hombres y mujeres para desarrollar sus facultades personales, realizar una carrera profesional y tomar decisiones acerca de sus vidas y sus proyectos vitales.
Los estereotipos de género afectan a las mujeres desde su infancia, niñas de todo el mundo, sin importar el nivel de desarrollo de su país, son criadas con estos estereotipos desde sus padres hasta sus profesores. Esa es una de las principales conclusiones del estudio Global Early Adolescent Study elaborado por la OMS y la Universidad John Hopkins. Y esto, que algunos pueden considerar trivial, tiene consecuencias muy perjudiciales para las niñas desde muy temprana edad en su autoestima y al reducir sus aspiraciones y limitar sus opciones profesionales.
Por tanto, erradicar los clichés y sus comportamientos asociados debería ser prioritario para cualquier sociedad, y deben continuar siendo materia de defensa de los derechos de la mujer.
Por ello, el derecho responde colocando a la igualdad de género en el centro mismo de los derechos humanos y los valores de las Naciones Unidas. Un principio fundamental de la Carta de las Naciones Unidas, aprobada por los dirigentes del mundo en 1945, es “derechos iguales para hombres y mujeres” y la protección y el fomento de los derechos humanos de las mujeres como responsabilidad de todos los Estados.
Sin embargo, millones de mujeres del mundo entero siguen siendo víctimas de la discriminación y violencia (datos ONU mujeres y otros):
- Todavía las leyes y las políticas de varios países prohíben a las mujeres el acceso a la tierra, la propiedad y la vivienda, en términos de igualdad. Sin ir muy lejos hasta hace poco las mujeres no podían ser socias titulares de los principales clubs sociales de nuestro país.
- La discriminación económica y social se traduce en opciones vitales más reducidas y más pobres para las mujeres, lo que las hace más vulnerables a la trata de personas.
- Cada día, 137 mujeres son asesinadas por miembros de su propia familia. Se calcula que, de las 87.000 mujeres asesinadas intencionadamente en 2017 en todo el mundo, más de la mitad (50.000) murieron a manos de sus familiares o parejas íntimas. Más de un tercio (30.000) de las mujeres asesinadas intencionadamente en 2017 fallecieron a manos de su pareja íntima o de una pareja anterior.
- En el mundo el 35% de las mujeres ha experimentado alguna vez violencia física o sexual por parte de una pareja íntima, o violencia sexual perpetrada por una persona distinta de su pareja. Estos datos no incluyen el acoso sexual. Algunos estudios muestran que la proporción puede llegar al 70 por ciento de las mujeres, y que las tasas de depresión, abortos e infección por VIH son más altas en las mujeres que han experimentado este tipo de violencia frente a las que no la han sufrido
- Al menos 200 millones de mujeres y niñas de 15 a 49 años han sido sometidas a la mutilación genital femenina en los 31 países en los que se concentra esta práctica. La mitad de estos países se encuentran en África Occidental. Todavía hay países en los que la mutilación genital femenina es prácticamente universal: la han sufrido al menos 9 de cada 10 niñas y mujeres de 15 a 49 años.
Para garantizar de manera eficaz los derechos humanos de las mujeres es preciso, en primer lugar, una comprensión exhaustiva de las estructuras sociales y las relaciones de poder que condicionan no sólo las leyes y las políticas, sino también la economía, la dinámica social y la vida familiar y comunitaria, y desactivar los nocivos “estereotipos de género”, de modo que a las mujeres no se les perciba según las pautas de lo que “deberían” hacer sino que se les considere por lo que son: personas singulares, con sus propios deseos y necesidades.
Mundialmente la discriminación por motivo de sexo está prohibida en casi todos los tratados de derechos humanos, lo que abarca también el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que en virtud del artículo 3, común a ambos, aseguran a los hombres y a las mujeres igual título a gozar de todos los derechos enunciados en esos documentos.
Además, existen órganos de expertos y tratados dedicados específicamente a hacer realidad los derechos humanos de las mujeres como el Comité de la Eliminación de la discriminación de la mujer, a cargo de examinar esos informes y puede también aceptar denuncias sobre violaciones e investigar las situaciones de vulneración grave o sistemática de los derechos de las mujeres; o como La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), que es considerada la carta internacional de derechos de las mujeres, define la discriminación contra la mujer y establece un programa de acción nacional para ponerle fin.
Y que tan cierta es la frase desaventurada del tío, de que las mujeres se hacen las víctimas, de hecho hay muchas mujeres que asumen sus historias patriarcales desde un papel de víctimas, pero la idea es que las mujeres se conviertan en las protagonistas de sus historias y no vivir las historias de sus padres, madres, hermanos, hijos y otros, por lo que es una “responsabilidad desafiar el statu quo, defender la equidad en nuestras comunidades y romper los estereotipos, si deseamos lograr una sociedad más equilibrada con respecto al género y producir cambios positivos en el mundo en nuestro alrededor”.