“No es la más fuerte de las especies la que sobrevive, tampoco es el más inteligente el que sobrevive. Es aquel que es más adaptable al cambio”. “No hay ninguna diferencia fundamental entre el hombre y los animales en su capacidad de sentir placer y dolor, felicidad y miseria”.
Charles Robert Darwin.
Introducción:
Cuando era niño y anhelaba ser abogado, allá a principios de la década de los 90´s, podía imaginarme litigando en los tribunales al frente de causas legítimas y justas haciendo uso de mis habilidades comunicativas; Esto último, al mismo estilo de las resonantes películas judiciales estadounidenses. En aquella época, no podía reparar en imaginar que mi profesión podría llegar a experimentar tantos cambios frente a los avances tecnológicos propios de la era digital y de la inteligencia artificial. Es particularmente impresionante, advertir que en el marco de las industrias 4.0, hoy en día cada vez es más frecuente dentro de las operaciones empresariales, y del ejercicio del derecho, el uso de aparatos electrónicos automatizados, robots programados como asistentes legales, máquinas autónomas regidos bajo algoritmos e inteligencia artificial, entre otros .
Es innegable, que la profesión jurídica ha venido experimentando grandes cambios en las últimas dos décadas. Sólo basta recordar que antes de la década de los 90´s los abogados utilizaban máquinas de escribir. Es así, que a partir del año 90, se marcó el inicio de la era de la computación que exigía abogados capacitados en herramientas de informática. A fines de los 90´s, comenzamos a recurrir a herramientas como el Fax y Beeper. Ahora bien, a partir del año 2ooo, surgió la dinámica de los correos electrónicos y el internet. Al día de hoy, no podemos negar que la humanidad ha conocido y experimentado el devenir de las poderosas y extendidas redes sociales, los DVD, el Disco Duro y la grandiosa nube donde podemos subir archivos. Es lógico, que desde la aparición de avances tecnológicos y digitales, jamás se dejó de avanzar en la era de la transformación digital y en el proceso de modernización de los procesos productivos y de información.
Pues bien, desde dicho momento, y a la fecha, los abogados hemos ido transformando nuestros servicios legales conforme a las exigencias del mercado de servicios legales. Ante este escenario, es un imperativo que los abogados nos veamos en el deber de capacitarnos no sólo en nuestras ramas legales, sino también en Privacidad, Delitos Tecnológicos y Cibernéticos, Big Data, Inteligencia Artificial, Big Data, entre otros en los que se requiere entrenamiento. Desde luego, la pandemia del covid-19, que ha golpeado duramente al mundo, ha empujado al mundo a acelerar la migración al mundo digital, y de las nuevas tecnologías propias de las industrias 4.0, las mismas que se encuentran en constante evolución. Como era de esperar, los abogados nos hemos visto en la exigencia de adaptarnos a las tendencias de la cuarta revolución industrial.
Es así, que el mundo digital exige a los abogados aprender de herramientas tecnológicas para poder estar en condiciones de responder a las exigencias de un mundo competitivo, integrado y digital. En este punto, creemos conveniente afirma que la digitalización, tecnificación e industrialización de un país debería ser una política de estado para ser más transparentes, ordenados , eficientes e integrados. Ejemplos de herramientas digitales tenemos: las normas sobre Firma Digital, así como en Digitalización, Transferencia y Resguardo de Información. Es de esta forma, que ante esta realidad, vale afirmar que la Tecnología, Calidad e Innovación, deben fijar un horizonte para efectos de permitir un ejercicio legal permanente y eficiente.
La pregunta es: ¿Estamos los abogados de hoy en día aptos para lidiar con los nuevos avances tecnológicos en la era digital y en especial los que conciernen a la industria 4.0[2]? Esta es una pregunta pertinente; Sobretodo, por el proceso de cambios tecnológicos disruptivos que se vienen desplegando en la actualidad que obligan a la profesión legal a adaptarse a las nuevas tecnologías de la información y de las industrias 4.0. De hecho, los abogados actuales nos hemos formado bajo estructuras tradicionales y parámetros definidos. Así, resulta innegable que los abogados de hoy hemos sido educados bajo el lenguaje legal escriturado.
Es de esta forma, que en el presente artículo intentaremos descifrar no solo si el abogado actual se encuentra premunido de las herramientas necesarias para hacerle frente a los desafíos de la industria 4.0 y qué competencias y capacitación debería observar; Sino que intentaremos establecer también si habría algún riesgo o problema que podría implicar la nueva era digital y de las industrias 4.0 y si las nuevas tecnologías y las herramientas de las industrias 4.0 podrán estar en condiciones de sustituir a los abogados de carne y hueso.
A la par, reseñaremos cuales son los desafíos, habilidades, retos, herramientas y capacitación que deberá observar el abogado para efectos de poder mantenerse vigente y adaptarse a la era digital y de la industrias 4.0[3] denominada “digitalización de los sistemas de producción”. A su vez, intentaremos responder si estas nuevas tecnologías, automatización e inteligencia artificial podrían conllevar riesgos o problemas para los abogados y la gran interrogante: llegará en algún momento la inteligencia artificial, la robótica y la automatización sustituir a los abogados y demás operadores de justicia de carne y hueso?.
Para tener una idea más cercana a la profesión jurídica y sus distintas transformaciones a lo largo del tiempo, es pertinente recurrir a los antecedentes históricos. Así podremos tener claro cual es el rol histórico de los abogados y las grandes transformaciones que ha ido experimentando esta emocionante y digna profesión. Como se sabe, la profesión jurídica es una de las labores más antiguas de la humanidad. Esta profesión, se remonta a las relaciones agrícolas en la antigüedad procurando que estas confluyan en objetivos comunes. En definitiva, el derecho podría haber surgido desde tiempos inmemoriales junto a las formas primitivas de Estado.
Es así, que el derecho se puso de manifiesto en momentos en que se comenzó a delegar poderes y competencias entre reyes, curacas, sacerdotes, entre otras formas de autoridad. Es de este modo, que se hizo igualmente imperativo determinar cuáles serían las reglas de sucesión de dicho poder, cuáles serían sus alcances, sus formas, sus métodos. De esta forma, se fue construyendo un orden sucesorio, normas de convivencia, distribución del poder y demás disposiciones que hagan viable el orden social. Las primeras leyes se desarrollaron y preservaron oralmente. Estas normas, regulaban intercambios comerciales y posibles disputas en torno a la propiedad y sobre violencia. Ahora bien, con el proceso de evolución de las sociedades las leyes se volvieron más elaboradas[4]. Con ello, se logró contar con normas escritas para poder conservarlas.
En el derecho romano, se tenían como fuentes, además de la costumbre, las decisiones del senado romano, pronunciamientos de jueces romanos, plebiscitos y opiniones de jurisconsultos. De igual modo, en la república se emitieron las denominadas “constituciones imperiales”, que eran promovidas por el propio emperador. La importancia del imperio romano, alcanzó tal nivel en Occidente y en el mundo, que inspiró la adopción del sistema romano germánico en muchos países de hoy en día[5]. Ahora bien, y luego de haber abordado brevemente los antecedentes del derecho, creemos conveniente detallar sucintamente cual es el perfil tradicional del abogado a grandes rasgos.
En esta línea, debemos precisar que el perfil del abogado tradicional, revestía de cualidades marcadamente técnicas y altamente formales. En un inicio, los abogados debían contar con un excelente conocimiento técnico de su campo del derecho, cualidad que seducía a potenciales clientes. Obviamente, y con el ascenso rápido de los cambios sociales, culturales y tecnológicos, como el que marca la industria 4.0, ya no resulta suficiente el dominio de habilidades técnicas. Bajo este línea de pensamiento, es fundamental redefinir la labor actual de los abogado para forjar habilidades técnicas, empresariales, directivas y digitales, que le permitan sintonizar con las exigencias de estos tiempos modernos.
Evidentemente, aun existe reticencia y temor de los abogados de hoy en día a evolucionar hacia un perfil digital y empresarial más competitivo. Desde luego, es una realidad, que en su mayoría, los abogados vienen ejerciendo su ejercicio profesional en el formato tradicional sin tomar en cuenta los últimos avances en la era digital y en el marco de la industria 4.0. Peor aún, como era de esperar, los jóvenes abogados se viene formando en sus universidades bajo presupuestos tradicionales y no tomando en consideración las tecnologías vanguardistas[6]. Definitivamente, y muy a pesar de la reticencia de los sistemas jurídicos de enseñanza tradicional, no podemos negar la gran influencia que viene proyectando sobre la práctica jurídica estas nuevas tendencias hacia la digitalización y al desarrollo de tecnologías basadas en la automatización de funciones e industrialización a través de inteligencia artificial.
Es así, que en este punto debemos decir que el derecho no resulta ajeno a esta realidad; Ya que las industrias 4.0 obligarán a cambios radicales en la prestación de servicios legales. Naturalmente, estos cambios disruptivos en el mundo actual exigen integrar el soporte digital y las herramientas tecnológicas en el ejercicio de los abogados. Es más, ya hoy en día se está redefiniendo la profesión jurídica bajo estos nuevos paradigmas tecnológicos que permiten quebrar estructuras legales tradicionales, como lo representa la expresión escrita física, para ser reemplazadas por algoritmos, lenguajes de programación y herramientas digitales en el marco de contratos electrónicos y cibernéticos.
En esta coyuntura actual, no podemos sino reconocer que estamos ya ante un cambio abrupto hacia una era eminentemente digital e informática, con máquinas y sistemas automatizados y robots inteligentes capaces de emprender todo tipo de actividades. En este punto, resulta indiscutible que nos enfrentamos a un periodo de transición donde los servicios jurídicos se encuentran frente a una avasalladora revolución tecnológico-digital, que implicará un cambio radical sistemas, principios y estructuras del derecho tradicional formal. En esta línea, el nuevo panorama productivo, influenciado por novedosas tecnologías digitales, inteligentes y automatizadas, demandará una gran sumatoria de esfuerzos profesionales, compromiso y voluntad política y empresarial para poder adaptar nuestras estructuras sociales, institucionales y sistemas legales hacia las exigencias propias de la nueva era de la automatización de los procesos productivos.
Obviamente, estos cambios radicales, forzados por las circunstancias propias, representan un gran reto para la sociedad, la clase política y los profesionales abogados. A su vez, esta cadena de cambios disruptivos constituyen un desafío constante para el mundo; En especial para el sistema jurídico actual, sus instituciones y los operadores del derecho. En este sentido, debemos tomar en cuenta, que nuestros códigos de valores, nuestras instituciones, nuestra infraestructura y nuestra organización política está estructurada bajo presupuestos estandarizados. A diferencia de los países del primer mundo, en latinoamérica el internet, y nuevas tecnologías digitales, no se han difundido del todo.
A ello, cabe agregar que nuestras instituciones educativas actuales no están acondicionadas para afrontar los cambios disruptivos que acarrea la era de la automatización y digitalización de los medios productivos. Es más, los gobiernos en latinoamérica, todavía no han regulado a plenitud, e integridad, los esquemas legales para regular el derecho digital, las normas apropiadas para regular las industrias 4.0 y las llamadas tecnologías de la información. En esta misma línea de pensamiento, se va a requerir que los abogados se involucren en esta nueva era digital disruptiva tratando de interiorizar el conocimiento pleno de las herramientas tecnológicas inteligentes.
Así, los abogados deberán estar en condiciones de desarrollar técnicas de programación, capacitarse en análisis y compilación de datos jurídicos. Asimismo, los abogados deberán estar en instruido de las distintas herramientas y elementos que les permitan brindar soluciones eficientes y eficaces frente a problemas que pueda acarrear el uso de los distintos componentes tecnológicos de las industrias 4.0. En este orden, un “abogado moderno o del futuro” deberá estar listo para abordar las diferentes tecnologías propias de la cuarta revolución industrial desde el plano legal. En este camino, hacia la modernización y/o adaptación a los aspectos legales de las industrias 4.0, los abogados podrán estar capacitados para desplegar competencias y talentos esenciales cuando cubran intereses y requemientos del mercado industrial y absuelvan consultas acerca de los aspectos legales propios de la cuarta revolución industrial.
A la luz de lo desarrollado hasta este punto, podemos decir que el ejercicio del derecho en la era de las industrias 4.0, no volverá a ser como lo concebíamos todos los abogados formados bajo el sistema de derecho tradicional de corriente romano-germánica. En este sentido, nos atrevemos a decir que en esta nueva era de la digitalización, la cibernética y de la automatización, la excelencia técnica no será suficiente para llenar las expectativas de nuestros clientes y acercarnos a sus necesidad e intereses específico. De esta manera, el perfil del abogado del siglo XXI requerirá una formación que armonice lo técnico, con la gestión y las nuevas tecnologías de la información, así como las herramientas digitales y cibernéticas de la llamada industria 4.0.
En esa línea, los abogados deberán adaptarse al uso de herramientas informáticas para el desempeño de sus actividades, conocer a profundidad los distintos lenguajes de programación, involucrarse en las últimas tendencias en el campo de la era digital, conocer el análisis de datos jurídicos, capacitarse en herramientas de cumplimiento normativo para poder administrar los programas de compliance, adentrarse en el conocimiento de del diseño de software jurídico y entrenarse en programas jurídicos automatizados. Al mismo tiempo, los letrados de esta nueva era tendrá que reconfigurar su modelo de negocio tradicional, y el esquema mental, para poder abrirse a establecer un verdadero vínculo emocional con sus clientes[7]. En suma, el abogado digital, deberá contar con competencias técnicas, empresariales, directivas, digitales, en negociación y en aspectos sociales.
Ahora bien, y para efectos de que los abogados puedan estar en sintonía con la nueva era de la automatización y digitalización de las operaciones productivas, estos deben buscar dejar huella y dejar su marca de clase por medio de la búsqueda constante de la diferenciación con los abogados tradicionales formales para así llegar a crear un verdadero valor apreciable. El objetivo de este nuevo perfil del abogado moderno y del futuro, será estar en condiciones de ajustarse a los intereses, estándares de calidad y exigencias del cliente y de las nuevas tendencias productivas y requerimientos tecnológicos. Es así, que un “abogado del futuro digital” deberá mostrarse como alguien creativo, innovador, proactivo, con abierta vocación tecnológico-digital y formación colaborativa. Esto es así, dado que hoy en día los clientes buscan Business Partners o socios de negocios.
El objetivo principal, en este marco, se enfocará en buscar diferenciarnos de los colegas, crear valor, innovar y aproximarnos a nuestro clientes. Para este fin, la tecnología digital, automatizada e inteligente nos permitirá optimizar tiempo y administrar mejor el conocimiento. Así, con la intervención de las industrias 4.0, la historia permitirá reescribir la historia de nuestra profesión jurídica, pudiendo estar en condiciones de modernizar nuestra profesión[8]. El rápido avance de la tecnología digital, inteligente, de las comunicaciones y de los procesos productivos, permitirán colocar al abogado frente a procesos automáticos con procesos digitales para dirigirse hacia su propia reinvención para asío profesional, así como el de su servicio profesional, asreto de los abogados que es el de modernizar su profesiando el proceso adaptarse a las nuevas exigencias de un mundo interconectado y digitalizado.
Es en este curso de la historia, en el que se encuentra el principal reto que tendrán que superar los abogados, que es el de modernizar su profesión, romper estructuras tradicionales y abrirse al cambio de los esquemas que configuran su formación, estudio y servicio profesional. Otro gran desafío para el profesional jurídico lo constituye la gran crisis mundial a consecuencia del Covid-19. Decimos esto, porque con el necesario distanciamiento social, que demarca la pandemia, obliga a los abogados a encontrar fórmulas innovadoras y creativas que permitan brindar servicios a distancia a través de medios digitales e informáticos. En este punto, es innegable, que los abogados que no se adecúen a estas necesidades tendrán muchos problemas en el ejercicio profesional. Es de esta forma, que hoy en día la única forma de conectar al abogado con sus cliente es por medio de plataformas digitales, soportes informáticos y demás análogos.
De hecho, las firmas de abogados y abogados independientes que no comprendan esta necesidad, serán considerados desfasados y obsoletos. Como es evidente, en este punto, el uso de la tecnología constituye y seguirá siendo un imperativo en todos los ámbitos de la prestación del servicio legal. Como toda nueva tecnología, aparejada a sendos avances industriales promovidos por la humanidad, tiende a generar ciertos problemas en el proceso de adopción y adecuación por parte de los países u organizaciones que los adopten. De hecho, la era de la inteligencia artificial, de la automatización y de la digitalización, han llegado para acelerar procesos productivos, optimizar las relaciones humanas, dinamizar y facilitar el trabajo, así como facilitar la interacción entre personas. Lógicamente, lo que reporta ingentes beneficios para la humanidad y sus procesos productivos, al mismo tiempo puede generar problemas y riesgos.
Para empezar, y considerando que los países latinoamericanos acogen las instituciones romano-germánicas del derecho, es que se puede advertir obstáculos propios derivados de la formación jurídica tradicional que carece de herramientas tecnológicas y digitales. En este punto, es evidente que el derecho tradicional, es eminentemente reglado y escriturado. Aunque, no podemos dejar de mencionar que en general para los sistemas jurídicos del mundo, entre ellos el derecho anglosajon, esta nueva era de la automatización y digitalización de los procesos industriales representa un gran desafío por el alto nivel técnico y digital que se requiere para esta nueva concepción del derecho. Desde luego, y a pesar de las dificultades, hay países que podrán afrontar mejor esta transición a la era digital y de las industrias 4.0. Otros problemas, que puede acarrear la nueva era de la automatización digital y de las máquinas inteligentes, son las siempre molestas barreras burocráticas y el apego a formas que prescinden del elemento tecnológico y digital.
Estas trabas, a las que hacemos referencia, pueden ponerse de manifiesto en países en los que se quiere implementar la misma y no están debidamente acondicionados ni prestos al cambio y en los que no se masifican aun los medios informáticos, digitales y demás análogos. En este sentido, nos referimos a disposiciones impulsadas por los gobiernos que imponen dificultades para el acceso libre a las redes de internet, imponiendo gravámenes innecesarios a empresas instaladas en las industrias 4.0, poniendo trabas para organizaciones y empresas que pretendan invertir en capacitación y entrenamiento en las nuevas tecnologías y desincentivando el acceso a una educación digital en el marco de industrias 4.0. Al mismo tiempo, creemos conveniente añadir que existen problemas de adaptación a las industrias 4.0, porque no se prepara a los estudiantes para lidiar con las nuevas tendencias que marcan las industrias 4.0, la inteligencia artificial y la automatización.
Este hecho constituye un gran inconveniente, ya que los países menos digitalizados y abiertos a las nuevas tecnologías hablarán otro idioma y estarán en desventaja. Otro aspecto, que encarece el proceso de adaptación a las industrias 4.0, nuevas tecnologías, y demás análogas, es la falta de presupuesto e interés político de los estados para asegurar la transición a la era digital, de la automatización y de las nuevas tecnologías. Además, debe considerarse que los paises de latinoamérica, a diferencia de las economías del primer mundo, no son naciones altamente digitalizadas ni estados en los que se encuentran arraigadas las herramientas informáticas y de automatización. Es de esperar, que en nuestros días la formación jurídico – profesional sea más técnica – tradicional, que una formación plenamente digital (con concentración en herramientas informáticas, sistemas inteligentes de gestión y programación).
Esto último, representa un verdadero problema, ya que un mundo globalizado, digital, y altamente tecnificado, se precisa imperiosamente un abogado interdisciplinario. Lógicamente, en la práctica es difícil para un abogado conjugar estas habilidades y competencias especiales dentro de la argumentación jurídica. Por ello, debemos preparar a los abogados para afrontar con las armas correctas la gran transformación tecnológica, digital y automatizada con preeminencia de las industrias 4.0. A este respecto, vale precisar que ya hoy en día los países del primer mundo están formando profesionales, no sólo abogados, capaces de interactuar con sistemas legales inteligentes, software de compliance y herramientas tecnológico-digitales automatizadas e inteligentes aplicables al derecho. Por esta razón, no tenemos dudas de afirmar que todo cambio disruptivo drástico puede producir serios impactos dentro de los procedimientos tradicionales; Así como forzar cambios en nuestros paradigmas tradicionales, frente a los cuales el profesional jurídico deberá estar preparado.
En este estadio de la discusión, consideramos pertinente puntualizar que estos cambios disruptivos abruptos, que descansan en la tecnología, la automatización y la inteligencia artificial, pueden representar grandes oportunidades de mejora con mayores opciones de empleo dentro de las nuevas tecnologías[9]. En lo que respecta al trabajo legal, podemos decir que en esta nueva era los abogados gozarán de mayores posibilidades de trabajo y subsistirán los más profesionales más competitivos, calificados y con marcadas competencias técnicas en nuevas tecnologías y en comunicación digital. De este modo, con la migración acelerada, las nuevas tecnologías de la información y de la era de la automatización de los procesos productivos propios de las industrias 4.0, las asesorías legales continuarán expandiéndose hasta desplegarse a distintos puntos geográficos, a diferencia del sistema tradicional donde predominaba la vinculación geográfica.
En este punto, creemos prudente señalar que con la era digital y de las industrias 4.0, en definitiva, la transformación que experimentará el modelo de servicio legal (la dinámica del relacionamiento con el cliente y de la relación entre colegas del derecho), será realmente sorprendente;Esto será así, debido a que el uso permanente de herramientas digitales, mecanismos informáticos y manejo de programas legales constituirán moneda de corriente. Como es obvio, esto no solo representa un gran problema para la practica jurídica, sino que podría representar un gran riesgo para el abogado actual; Ya que podría verse inservible e inútil frente a esta sucesión significativa de cambios disruptivos en la profesión[10].
Pero, si evaluamos el escenario con más calma y serenidad, podremos entender que la tecnología no debe generar mayores temores de los que razonablemente puedan considerarse; Toda vez, que la alta tecnología digital y las industrias 4.0 deben ser considerados aliados del profesional jurídico. De este modo, estos mecanismos digitales, máquinas automatizadas e inteligencia artificial, estarán prestas a facilitar el trabajo de los abogados, y demás profesionales jurídicos, para hacerlo más eficiente, simple y efectivo cada día. Aunque, no podríamos negar que en el futuro varias actividades tradicionales relacionadas con el servicio legal irán desapareciendo en el tiempo, de no ser reinventadas o redefinidas. Con sólo imaginar, el sin fin de posibilidades que podrá ofrecernos la era digital y de las industrias 4.0, podríamos estar en condiciones de realizar servicios legales de forma notable y eficiente; Esto último, con el soporte de un programa automatizado, un asistente legal robótico e instrumentos digitales[11].
En lo que concierne a la dinámica legal, propiamente, con esta era digital, de la automatización y de la robótica, los abogados podrán, en simultáneo, realizar búsquedas de expedientes, registros de sentencias y resoluciones judiciales de forma sorprendente, con ahorro de tiempo, recursos y esfuerzo. Lo más sorprendente, de todo este cambio tecnológico – digital disruptivo, es el hecho de que con el advenimiento de esta nueva era se podrá gozar de robots que ejerzan muchas de las funciones que realizan los abogados hoy en día; Asimismo, se podrá forjar nuevos cuadros competentes y calificados de distintas disciplinas con impacto en el campo legal. Es así, que hoy en día en varios países la abogacía se ha venido proporcionando con equipos de profesionales del derecho y de profesionales perteneciente a otras carreras que se especializarán en informática, herramientas digitales, herramientas tecnologícas, programación e industrias 4.0. Es así, que esta situación compromete un nuevo escenario de competencia en el mercado de servicios legales.
Es en este momento, en el cual saltan varias interrogantes, entre estas creemos que se destaca una que plantea la siguiente: ¿“Debemos preocuparnos los abogados de la evolución de las máquinas y organismos inteligentes en su calidad de tecnologías propias de la cuarta generación industrial”?, Pues consideramos que sí, pues estos modelos cibernéticos y mecanismos inteligentes están diseñados para imitar actividades y el comportamiento humano. Indudablemente, con el paso del tiempo, estas máquinas inteligentes, mecanismos de automatización y robots autónomos, podrían continuar emergiendo, evolucionado y mejorando su performance tecnológica[12]. Sin embargo, debemos precisar que si bien es cierto las máquinas inteligentes, herramientas automatizadas y robots han alcanzado niveles sorprendentes de autonomía, destreza e inteligencia notable, también es un hecho de que estas han tenido un alcance de evolución limitada al adolecer de criterios morales, emociones, creatividad natural y habilidades muy prolijas[13].
Como es lógico, hoy en día los seres humanos poseemos habilidades innatas, emociones y talentos que nos permiten destacarnos por encima de otros seres de nueva creación(robots e inteligencia artificial). Es indiscutible, que la inteligencia artificial, la automatización y la robótica han sido diseñados, en principio, para poder facilitar y complementar las tareas que lleguemos a desempeñar los seres humanos. Esta realidad, es con la cual debemos convivir. De hecho, ante este escenario, los abogados necesitamos estar preparados para poder lidiar con la era digital y de las industrias 4.0[14]. En este contexto, debemos tener la plena seguridad de que no todo representa un problema, sino oportunidades y retos para la humanidad en la práctica jurídica. De lo expuesto, se colige que resulta innegable que la tecnología impacta y continuará desplegando efecots de forma notoria. En tal sentido, las computadoras y programas de software, podrán estar en condiciones de auxiliarnos en la mejora de nuestra productividad, colaborando en la toma de decisiones y siendo un soporte en la mejora de servicios legales a los clientes.
La profesión jurídica debe de acondicionar sus estructuras y fundamentos a las nuevas tecnologías. En este punto del análisis, cabe hacerse la siguiente pregunta: llegará en algún momento la inteligencia artificial sustituir a operadores de justicia de carne y hueso? Pues realmente no podemos negar que pueda existir una probabilidad de que sí se pudiera sustituir o complementar la labor, porque ya se ha dado[15]. En este proceso de transformación digital de los abogados, muchos estudios o buffets profesionales han mostrado mucha expectativa de invertir en avances tecnológicos con intervención de la IA. En esta línea, con estas nuevas tecnologías, lo que se busca es contar con el mayor apoyo de estos organismos y robots en lo que concierne a labores administrativas, análisis de datos, en planificar datos, contar con herramientas de facturación automatiza, en el uso de herramientas de datos para toma de decisiones, ordenadores capaces de desempeñar la gestión de la cobranza. Los abogados que no se acojan a estos nuevos cambios tecnológicos, serán desechados por obsoletos y estarán fuera de juego.
Vale recalcar, en este punto, que toda nueva era requiere de la promoción decidida de centros de estudios, academias y universidades que revolucionen la enseñanza de la abogacía con métodos audaces que permitan a los estudiantes gestionar programas automatizados y enriquecerse de herramientas de informática y del derecho digital. Esto último, es importantísimo de cara a una adecuada comprensión de las nuevas tecnologías, la inteligencia artificial y de los mecanismos inteligentes automatizados. Con ello, se podría sentar las bases para permitir la transición a una nueva era de la dinámica de los servicios legales , la misma que subyace a la conformación de un perfil jurídico innovador basado en la tecnología. En este estado del análisis, creemos acertado compartir brevemente el caso de Ross[16], el mismo que es considerado un paradigma de la Inteligencia Artificial aplicada al derecho. Con respecto a Ross, consideramos prudente señalar que este ofrece contenidos jurídicos que plasman los requerimientos de clientes en función a sus intereses, requerimientos y expectativas. Ross, es un Robot creado en EEUU. Ross, es capaz de rastrear más de 10,000 páginas por segundo y puede formular respuestas lógicas más rápido que cualquier abogado humano. Ross ha sido creado por IBM[17].
En el año 2016, la firma de EEUU Baker & Hostetlert contrató los servicios de Ross para incorporarlo al área de gestión de quiebras junto a 50 abogados norteamericanos. En este punto, cabe resaltar que la IBM se ha venido consolidando como una de las empresas orientadas a desarrollar programas de asistentes jurídicos capaces de procesar millones de datos en minutos. Algunos estiman probabilidades de éxito con alto grado de certeza en determinados casos. Estas máquinas suelen emplearse en casos de demandas por daños. Sin embargo, sus detractores consideran que la Inteligencia Artificial no debería de sustituir en su totalidad la labor de los abogados humanos. Desde luego, esta última es la posición con la cual nos identificamos más. Aunque, habría que agregar que los robots, máquinas automatizadas e inteligencia artificial, deberían orientarse a asumir tareas o labores de procesamiento de datos, emisión de tendencia jurisprudenciales, como dispositivos de ayuda en la toma de decisiones y ayudas en casos críticos y complejos, así como en labores muy densas o que demanden una gran cantidad de tiempo para los abogados.
Vale decir, en este punto que la idea con respecto a las novedades de la era de la inteligencia artificial, la transformación digital y de los programas automatizados, es explotar todas las bondades y aprovechar todas las capacidades y virtudes de estas nuevas tecnologías. De este modo, con estas facilidades se podrá recortar plazos dentro de los procesos legales[18]. Como es natural, estas nuevas tendencias, y tecnologías de punta, pueden conllevar sendos problemas en la adecuación y riesgos en su proceso de adopción; Sobretodo, para quienes ejercemos la profesión jurídica; Toda vez que las industrias 4.0, la robótica y las herramientas digitales, demandan cambios estructurales, capacitación en herramientas digitales, programación y ajustes en la formación profesional. Así, el mundo del derecho podrá contar con instrumentos de soporte y máquinas que funjan de asistentes legales para ejercer funciones relevantes, aportando conocimientos y soluciones eficaces para abogados humanos. La tendencia en el mercado de servicios jurídicos será la poner en funcionamiento instrumentos digitales y máquinas inteligentes que puedan coexistir con los humanos. Es así, que ante este escenario, los abogados no tendrán más alternativa que adecuar sus servicios legales y estructura empresarial a la exigencias de la nueva era.
Este nuevo horizonte demanda que los abogados modernos nos capacitemos en las herramientas esenciales del derecho digital, derecho cibernético y del derecho informático, además de instrumentos y facilidades propias de la tecnología digital que nos permitan conocer a detalle y profundidad el funcionamiento de las máquinas y programas jurídicos y técnicos[19]. Siguiendo este mismo orden de ideas, y con la capacitación[20] y entrenamiento que recibirán los abogados con el advenimiento de las industrias 4.0, es que tendrán que ejercer su profesión incluyendo avances tecnológicos. Por tanto, nuestro horizonte será el buscar capacitarnos y entrenarnos en nuevas tecnologías digitales, herramientas de automatización, inteligencia artificial y en derecho cibernético.
Comentarios Finales y Conclusiones:
Sin duda alguna, la fantástica e innovadora cuarta revolución industrial (industrias 4.0) ha llegado para transformar nuestra vida y negocios mediante la intervención de la tecnología digital, la robótica y la automatización, entre otras herramientas innovadoras[21]. Definitivamente, con el paso de los años nuestra vida e interacciones seguirán transformándose hasta adoptar nuevas formas. Este nuevo entorno tecnológico, social y productivo extiende sus efectos sobre distintas profesiones. Una de estas profesiones más expuestas al cambio, y por ende sensible a la era de la automatización digital tecnológica, es la profesión jurídica. Naturalmente, la cuarta revolución industrial hace imperioso un nuevo tipo de práctica jurídica, lo que demanda profesionales del derecho aptos al cambio, innovadores, flexibles, que manejen nuevas tecnologías inteligentes, con capacidad de gestión, con habilidades digitales, informáticas, competencias de negociación, entrenamiento en programación y con estudios acerca de las técnicas de producción de las industrias 4.0. Debemos precisar que el perfil del abogado tradicional, revestía de cualidades marcadamente técnicas y altamente formales. En un inicio, los abogados debían contar con un excelente conocimiento técnico de su campo del derecho, cualidad que seducía a potenciales clientes.
Obviamente, y con el ascenso rápido de los cambios sociales, culturales y tecnológicos, como el que marca la industria 4.0, ya no resulta suficiente el dominio de habilidades técnicas, sociales y de simple gestión práctica. Bajo este línea de pensamiento, es fundamental redefinir la labor actual de los abogado para forjar habilidades técnicas, empresariales, directivas y digitales. Evidentemente, hoy en día aun existe reticencia y temor al cambio por parte de los abogados guiados bajo una educación tradicional. Esto último, en definitiva es un problema serio para los abogados; Toda vez, que de no lograr evolucionar hacia un perfil digital y empresarial más competitivo, podría afectar gravemente la continuidad de sus servicios legales. En este orden de ideas, la nueva identidad del abogado 4.0 deberá estar en aptitud de desenvolverse hábilmente en las distintas tecnologías de gran avance tecnológico para hacerle frente a los retos propios de la cuarta revolución industrial. Es así, que este abogado del futuro o 4.0, deberá desarrollar talentos especiales, capacidades en el manejo de herramientas informáticas y competencias digitales indispensables para desempeñarse en un organización inmersa en la cuarta revolución industrial.
Bajo ese nuevo esquema, los abogados deberán brindar un giró radical en sus operaciones legales, comerciales y organizacionales, debiendo incluir herramientas digitales, herramientas de informática, programación y de estar dotados de componentes que les permitan implementar mecanismos de protección de datos y de ciber seguridad en sus operaciones[22]. Es pertinente resaltar, que muchas de las gestiones y operaciones de los estudios o buffets de abogados se vienen presentando a distancia, en tiempo real y con grandes facilidades tecnológicas y de programación. Más aun, en una coyuntura frente a la cual nos encontramos haciendo frente al Covid-19 , el mismo que ha ido acelerando el proceso de cambios digitales y tecnológicos disruptivos en el menú de servicios legales[23]. Obviamente, en una coyuntura pandémica, como la referida líneas atrás, representa un gran desafío que lleva necesariamente a considerar un verdadero cambio de estructuras y paradigmas legales tradicionales[24]. De este modo, resulta irrefutable que estas nuevas tendencias y exigencias de la nueva era de la revolución tecnológica constituyen un gran desafío para la práctica legal que actualmente se concibe aun bajo esquemas tradicionales reglados; Los mismo que ya se encuentran desfasados para la época.
Siguiendo esta pauta, los abogados 4.0, y otros profesionales del ámbito legal – no abogados- tendrán que redefinir o reinventar su carrera para que de esta forma se pueda incluir en sus labores la opción de desempeñarse bajo la calidad personal especializado en análisis de datos juridicos, como diseñadores de software juridico, como supervisores de programas automatizados, como administradores de programas de cumplimiento normativo y supervisores de programas automatizados, entre otros relacionados. En este estadio del análisis, creemos que es a todas luces evidente que el futuro del ejercicio de la profesión jurídica será más técnico, especializado, creativo e innovador[25]. Como es evidente, en este punto, el uso de la tecnología constituye y seguirá siendo un imperativo en todos los ámbitos de la prestación del servicio legal. Ahora bien, si hablamos de la era digital y de las industrias 4.0, como todo gran avance, tiende a traer problemas al generar ciertos inconvenientes en el proceso de adopción y adecuación por parte de los países u organizaciones que los adopten.
De esta manera, podemos aseverar que la era de la inteligencia artificial, de la automatización y de la digitalización han llegado para acelerar procesos productivos, optimizar las relaciones humanas, dinamizar y facilitar el trabajo, así como facilitar la interacción entre personas. Es así, que con la nueva era de las industrias 4.0, y de la transformación digital, estaremos en condiciones de poder atestiguar el surgimiento de nuevas modalidades de trabajo[26]. Evidentemente, con el advenimiento de las nuevas tecnologías digitales, la robótica, la automatización y demás herramientas de las industrias 4.0, no resultaría nada difícil imaginar una nueva dinámica en los servicios legales donde las máquinas puedan sustituir o reemplazar a los abogados de carne y hueso; Y esto no sería nada descabellado, si tomamos en cuenta los grandes avances de la robótica, la inteligencia artificial y de los mecanismos de automatización de los últimos años con crecimientos notables. Es evidente, que estas herramientas podrían permitir la sustitución o complemento de la mente humana por medios digitales y electrónicos. Ahora bien, y en base a lo analizado a lo largo del presente artículo, podemos decir que los abogados sí debemos ocuparnos más que preocuparnos en la inminente evolución de las máquinas y organismos inteligentes en su calidad de tecnologías propias de la cuarta generación industrial; Toda vez, que la especie humana debe de intentar explotar y/o aprovechar las ventajas o bondades de las tecnologías digitales y herramientas de las industrias 4.0[27].
Como es lógico, y se precisó líneas atrás, este hecho conlleva riesgos para la humanidad, y en especial para los abogados y aquellos que administren justicia o tengan participación en el mundo jurídico. Sin embargo, debemos afirmar con claridad , que si bien es cierto las máquinas inteligentes, herramientas automatizadas y robots han alcanzado niveles sorprendentes de destreza e inteligencia notable, también es un hecho de que estas han tenido un alcance de evolución limitada al adolecer de criterios morales, emociones, creatividad natural y habilidades muy prolijas. Desde luego, mucho tendrá que ver la capacidad del ser humano para capacitarse, entrenarse y estar en condiciones de desarrollar tareas que puedan exceder sus capacidades y otras que permitan dominar las nuevas tecnologías, lo que le permitirá estar condiciones de dirigir a los organismos cibernéticos, inteligencia artificial o herramienta digitales de alta evolución. Sólo para complementar la idea, vale precisar que en la actualidad, los avances en robótica e inteligencia artificial han sido asombrosos. Como es lógico, hoy en día los seres humanos poseemos habilidades innatas, emociones y talentos que nos permiten destacarnos por encima de otros seres de nueva creación (robots e inteligencia artificial).
Es indiscutible, que la inteligencia artificial, la automatización y la robótica han sido diseñados, en principio, para poder facilitar, complementar y coadyuvar en las tareas que lleguemos a desempeñar los seres humanos. Esta realidad, es con la cual debemos convivir y los abogados necesitamos prepararnos para poder lidiar y acondicionarnos a la era digital y de las industrias 4.0[28]. En este punto del análisis, ante la pregunta sobre si la inteligencia artificial, la robótica y las máquinas autónomas podrán sustituir a los abogados y demás operadores de justicia de carne y hueso? Creemos que podría existir una alta probabilidad de que sí pero no de manera absoluta; Ya que habrían actividades que sí podrían permanecer en posesión de los abogados y otras tareas o labores no. De hecho, y como se abordó en el presente trabajo, ya se han dado casos en los cuales los sistemas y máquinas inteligentes y sistemas digitales, han replicado o desarrollado actividades legales, realidad que ha sido acogig por muchos estudios, o buffets de en EEUU[29]. Como se puede percibir, hoy en día resulta difícil imaginar un mundo sin el uso de herramientas digitales y herramientas de las industrias 4.0. Es así, que en el futuro más cercano, aunque ya se viene recurriendo a estos dispositivos, la tendencia en el mercado de servicios jurídicos será la de recurrir a abogados y profesionales entrenados en tecnología digital, derecho digital, derecho cibernético y programación, así como la de poner en funcionamiento instrumentos digitales y máquinas inteligentes que puedan coexistir con los humanos.
Para concluir, no queremos terminar el presente artículo, sin señalar que hoy por hoy nos encontramos inevitablemente frente a un proceso de transición vertiginosa desde un modelo de profesional del derecho eminentemente formal, técnico y tradicional, hacia un modelo de abogado innovador con formación digital, con formación tecnológica y en programación y con un marcado conocimiento de la dinámica de funcionamiento de máquinas inteligentes y mecanismos automatizados. Sin duda alguna, estamos viviendo un inquietante y aparatoso periodo de gran transformación del universo jurídico, hecho que nos exigirá estar bien entrenados en estas nuevas tendencias tecnológicas digitales-cibernéticas modernas para poder tener plena cabida dentro del nuevo marco de actuación jurídico a nivel global. En este mismo orden de ideas, sólo quienes se adapten más rápido a dichas exigencias y cambios, podrán estar en condiciones de cubrir todas las necesidades de los clientes, entender el nuevo mundo digital-cibernético y comprender su nuevo e importante rol frente a las nuevas tecnologías. En esta línea, la fórmula más eficiente y clara de mantenerse vigentes dentro de la nueva era de profundos y grandes cambios dentro de la dinámica jurídica es la de nunca dejar de evolucionar, crecer profesionalmente, adaptarse a los cambios, repensar la carrera jurídica y buscar entender la dinámica de los permanentes, inminentes e ineludibles cambios tecnológicos.
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Biurrun Abad, Fernando. El apocalipsis de la abogacía tradicional, abogados aprendiendo a programar. Legal Today. Portal jurídico de Thomson Reuters.
[1] Abogado de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. Especialista en derecho corporativo, derecho comercial y negociaciones. Experiencia en el asesoramiento legal corporativo a empresas del sector minero, construcción, salud, ONG´S y en corporaciones de entretenimiento y de coaching.
[2] Tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial
Evidentemente, la cuarta revolución industrial se destaca por el uso de máquinas autónomas, vehículos digitales, internet sofisticado y tecnologías automatizadas. Entre las nuevas tecnologías que comprenden la cuarta revolución industrial o de las industrias 4.0, podemos detallar las siguientes
Smart Cities.- Ciudades inteligentes articuladas de forma segura, prolija, automatizada y eficiente para poder aprovechar todos su activos. Para este fin, este dispositivo se sustenta en el uso y modernización de las nuevas tecnologías (TIC).
Internet of Things.- Objetos físicos inteligentes con capacidad de intercambiar datos entre sí. Estos dispositivos generan información no humana, tales como máquinas, productos, fábricas, vehículos, entre otros).
Inteligencia Artificial.- Se trata de programas o sistemas informáticos, guiados por algoritmos y lenguajes de programación, que puedan simular la inteligencia humana. Esta tecnología, permite analizar información, tomar decisiones, ejercer reconocimiento facial, visual y de voz, así como entender el lenguaje, realizar acciones humanas y adoptar decisiones.
Robótica.- Se trata de vehículos o máquinas inteligentes, programas autónomos, sistemas de drones, robots industriales o de servicios, militares casi humanos, máquinas autopropulsadas y configuradas para desarrollar distintas labores, propias de los humanos o guiadas por estos.
Realidad aumentada y virtual (videojuegos), redes 5G.- Dispositivos que permiten optimizar las experiencias virtuales al añadir imágenes digitales, gráficos o sensaciones que permiten merjores interacciones sensoriales en el mundo real. Con respecto a la realidad virtual, debemos señalar que se inventa un mundo a partir de un ordenador.
Big Data y Deep Learning.- Se trata de un cúmulo de datos que se analizan bajo patrones que ayudan a explicar y predecir comportamientos. Existen distintos tipos y niveles de gestión, interpretación y administración de datos. Uno de ellos, Big data analytics, que permite adoptar decisiones de negocios. El Data Science e Inteligencia Artificial tienden a evolucionar hacia Deep Learning, que comprenden aplicaciones sustentadas en redes neuronales que hacen viable anticipar patrones complejos de comportamiento detectados en los datos que van recopilando y el Data Lake, que es un dispositivo de almacenamiento que permite proteger y conservar múltiples datos diversos que podrán usarse en el futuro. La idea de esta tecnología disruptiva es la de ayudar a las personas a adoptar decisiones, optimizando calidad y servicio.
[3] La Cuarta Revolución Industrial, fue aludida por primera vez por parte del Profesor Klaus Schwab, el mismo que fundó el Foro Económico Mundial. La Industria 4.0, marca el origen de una nueva corriente disruptiva, conocida como Cuarta Revolución Industrial, la misma que busca integrar técnicas de producción tradicional con sistemas inteligentes que se combina con organizacines y personas. Su alcance es más amplio, y va desde la secuenciación genética, inteligencia artificial, internet de las cosas, la nanotecnología hasta las energías renovables y la computación cuántica. Es la unión de estas nuevas tecnologías y su interacción, a través de los aspectos físicos, digitales y biológicos, lo que hace que la Cuarta Revolución Industrial sea muy distinta e inédita con respecto a las demás.
[4] Siguiendo esta línea, creemos pertinente señalar que los primeros textos escritos en tablillas de arcilla y procedente de la antigüedad mesopotámica, fueron el código de Urukgina (2380 A.C), el código de Ur-Nammu ( 2050 A. C) y el célebres código de Hammurabi (1700 A. C) para sancionar violaciones, asesinatos o actitudes desleales. Otros cuerpos de leyes de la antigüedad, los podemos ubicar en la antigua China[4]; Esto es, desde al menos el siglo V A. C.
[5] La terminología “derecho” encuentra su origen en la frase “directus” o recto. Cabe resaltar, que gran parte de los códigos normativos de europa se originan a partir del derecho romano.
[6] Sin embargo, debemos reconocer que sí existen países más adelantados en Tecnología digital y en la formación de abogados expertos en medios digitales y tecnologías de las industrias 4.0. Es así, que en estos países se encuentran bastante arraigados los instrumentos propios de las industrias 4.0. Por ejemplo: Ya en países como Japón, Corea del Sur, Alemania, Suiza, China, República Checa y EEUU, se muestran avances considerables en la digitalización de su aparato productivo, así como en la formación de abogados 4.0.
[7] Es importante, que el cliente vea al abogado como un socio de negocios. Adicionalmente, el abogado deberá de incorporar a su ejercicio profesional, la gestión en campos diversos como las finanzas, los recursos humanos y la administración. A la par, el abogado tendrá que capacitarse en herramientas de comunicación efectiva, negociación y enfocarse en el desarrollo tecnológico. De igual forma, el “abogado moderno” deberá ser práctico y persuasivo, así como manejar con consistencia las herramientas tecnológicas.
[8] Siguiendo esta línea, creemos que todo abogado moderno debe de estar en capacidad de graficar lo que piensa que requiere su cliente y estar en condiciones de proponerlo al mismo. Es importante, entender, que en mundo globalizado, digital e integrado, los problemas jurídicos deben de verse bajo una mirada sistémica que evalúe todas las variables que impacten en el negocio y en el mercado de servicios jurídicos.
[9] Es así, que con la nueva era de las industrias 4.0, y de la transformación digital, estaremos en condiciones de poder atestiguar el surgimiento de nuevas modalidades de trabajo, nuevas formas de gestionar negocios, ingeniosas modalidades de interacción entre profesionales de distintos campos y una cada vez más acelerada relación entre los ciudadanos.
[10] No podemos negar, que a todos nos puede generar algún temor esta revolución digital y de la inteligencia artificial y la automatización.
[11] Por ejemplo: tendríamos a nuestra disposición programas informáticos de cumplimiento, sofwares jurídicos multiusos, matrices de cumplimiento digital, instrumentos para la atención de clientes, proveedores y operaciones legales, comerciales y financieras.
[12] Así, podrían desplazar a nuestra raza humana e ir desarrollando muchas de las tareas que podemos efectuar los humanos, entre ellas el ejercicio del derecho. Definitivamente, este hecho constituye un gran riesgo para la humanidad, y en especial para los abogados y aquellos que administren justicia o tengan participación en el mundo jurídico.
[13] Con ello, no pretendemos insinuar que jamás los robots, inteligencia artificial y máquinas autónomas puedan aproximarse al cerebro humano. Sólo el tiempo, la ciencia y los avances tecnológicos lo dirán, pues en la actualidad los avances en robótica e inteligencia artificial han sido asombrosos.
[14] Es así, que no debemos preocuparnos con relación a las implicancias de la era digital y de las industrias 4.0; Sino considerar estar preparado para hacerle frente siendo conscientes del gran reto que representa esta nueva era para los profesional en general, en especial para los abogados.
[15] De hecho, E-Bay ha creado programas para emitir sentencias y sustituir a abogados.Esto último, por medio del uso de sistemas automatizados de resolución de controversias.
[16] Ejemplos de casos donde se pone en alto relieve la inteligencia artificial, tenemos la situación Ross el primer robot que litiga usando Inteligencia Artificial.
[17] Este usa la tecnología Watson que es capaz de escuchar y entender el lenguaje humano. Analiza y responde muchas preguntas en tiempo real. Ross, analiza sentencias que sentaron jurisprudencia. Ross puede advertir cualquier riesgo que represente una amenaza para sus clientes y Corregirlo. Ross siempre ofrece las respuestas más acertadas para resolver el caso concreto. También incluye citas legales y artículos para estudiar. Mientras más preguntas reciba Ross, más acertado y óptimo suele ser su funcionamiento al reforzar su aprendizaje.
[18] En este sentido, creemos pertinente resaltar que las industrias 4.0 , y las nuevas tecnologías, han venido a instalarse en nuestra vida y adaptarse a nuestras exigencias.
[19] Es así, que al ser los abogados conscientes de las nuevas tendencias y exigencias propias de la nuevas tecnologías de la cuarta revolución industrial, es que deberán buscar formarse bajo esquemas novedosos, originales y audaces que se orienten a explotar sus capacidades y competencias informáticas, digitales y en programación.
[20] Dicha inclusión de nuevas herramientas tecnológicas, cibernéticas y digitales, permitarán a los abogados el poder fungir de abogados analistas de datos juridicos, abogados diseñadores de software juridico, abogados supervisores de programas automatizados, abogados administradores de programas de cumplimiento normativos y abogados Supervisores de programas automatizados. A todas luces, el futuro del ejercicio de la profesión jurídica será más técnico, especializado, creativo e innovador.
[21] Como era de esperar, esta transición gradual desde un mundo operado por máquinas de vapor, máquinas de electricidad y de máquinas parcialmente automatizadas hacía esta nueva era de producción automatizada y digital, ha llegado para transformar la forma en que nuestra vida, profesión e industrias interactúan en la actualidad.
[22] A la par, y como lo hemos afirmado en la parte pertinente del presente artículo, los estudios o buffets de abogados deberán adoptar una nueva estrategia de relacionamiento con sus clientes.
[23] En esta línea, el nuevo panorama productivo, influenciado por novedosas tecnologías digitales, inteligentes y automatizadas, demandará una gran sumatoria de esfuerzos profesionales, voluntad política, compromiso político y empresarial para poder adaptar nuestras estructuras sociales, institucionales y legales hacia las exigencias propias de la nueva era de la automatización de los procesos productivos.
[24] Es así, que el nuevo modelo de firma de abogados se ha visto en la exigencia de evolucionar más aceleradamente para adentrarse en un mundo digital, altamente tecnificado, automatizado y provisto de herramienta robóticas en sus operaciones. Es de esta manera, que el uso de tecnología constituye hoy en día una necesidad que continuará siendo vital en los próximos años, ya que se recurrirá al soporte tecnológico y digital en todas las fases del servicio legal.
[25] En este punto, es innegable, que los abogados que no se adecúen a estas necesidades tendrán muchos problemas en el ejercicio profesional. Es de esta forma, que hoy en día la única forma de conectar al abogado con sus cliente es por medio de plataformas digitales, soportes informáticos y demás análogos.
[26] Con sólo imaginar, el sin fin de posibilidades que podrá ofrecernos la era digital y de las industrias 4.0, podríamos estar en condiciones de realizar servicios profesionales, entre estos el legal, de forma notable con el soporte de un programa automatizado, un asistente legal robótico e instrumentos digitales.
[27] Esto es así, debido a que las máquinas están diseñados parar imitar actividades, tareas y el comportamiento. Indudablemente, con el paso del tiempo, estas máquinas inteligentes, mecanismos de automatización y robots autónomos, podrían desplazar a nuestra raza humana e ir desarrollando muchas de las tareas que podemos efectuar los humanos, entre ellas el ejercicio del derecho.
[28] Es así, que no debemos preocuparnos con relación a las implicancias de la era digital y de las industrias 4.0; Sino considerar estar preparado para hacerle frente siendo conscientes del gran reto que representa esta nueva era para los profesional en general, en especial para los abogados.
[29] han mostrado mucha expectativa de invertir en avances tecnológicos con intervención de la Inteligencia Artificial.
Imagen extraída de:
https://abcnews.go.com/Entertainment/suits-star-patrick-adams-explains-mike-ross-prison/story?id=40103713.