El Hemisferio enfrenta hoy amenazas tradicionales y nuevas que demandan innovar un enfoque multidimensional de la seguridad hemisférica que, busca consolidar la paz, pero en la praxis esto sólo se busca si no colisiona con intereses nacionales.
Consolidar la paz, es el valor fundamental que sustenta la democracia, la justicia, y el respeto a los derechos humanos y al derecho internacional. Para ello existen mecanismos de cooperación entre estados contra las amenazas. Cada Estado determina sus prioridades nacionales en seguridad y según eso define sus estrategias, planes y acciones a nivel hemisférico. En el hemisferio, todos los países se definen como democracias o regímenes democráticos (con la excepción de Cuba). No obstante, dicha definición es muy amplia. Consecuentemente, ya que si los valores de representatividad y derechos humanos se entienden de manera tan disímil es difícil la consolidación de la paz.
Las amenazas tradicionales y nuevas incluyen aspectos económicos, políticos, sociales, ambientales y de salud; muchas son de naturaleza transnacional, por lo que la cooperación es indispensable para combatirla. Entre los nuevos desafíos tenemos: el terrorismo, la delincuencia organizada transnacional, la corrupción, narcotráfico, lavado de activos, tráfico de armas, pobreza extrema, desastres naturales, pandemias, trata de personas, riesgos del transporte marítimo de materiales, posesión y uso de armas de destrucción masiva, migraciones no controladas, delincuencia cibernética, amenazas a la infraestructura crítica, seguridad para el transporte y seguridad portuaria, etc.
El Perú enfrenta diferentes amenazas, la primera es la delincuencia organizada -principalmente el narcotráfico- que atenta contra la seguridad de las instituciones y de los ciudadanos. De hecho la inseguridad ciudadana, el problema que más afecta hoy a los peruanos, es producto en buena medida del accionar del narcotráfico nacional e internacional, además de la pobreza, la falta de educación y las deficiencias estructurales del estado.
También arrastramos problemas de años anteriores como el terrorismo, que fue terrible en los 80 y los 90 (Sendero Luminoso y MRTA) y se ha convertido en narcoterrorismo; el abuso del medio ambiente y de los recursos naturales fundamentales para nuestra subsistencia; los desastres naturales causados por el cambio climático. Para enfrentar tales males necesitamos fortalecer la ley y mejorar la cooperación con nuestros vecinos a través del intercambio de información, asistencia jurídica y extradiciones rápidas.
Ante cada amenaza, los Estados deben reconocer primero su dimensión exacta e identificar claramente el problema para darle la prioridad que le corresponda. Y una forma de lograr la paz es fortaleciendo y apoyándose en los acuerdos y mecanismos bilaterales y multilaterales de cooperación. Por ejemplo, para encarar con éxito el problema de la inseguridad ciudadana, el Perú bien puede apoyarse en la Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y sus protocolos complementarios. Dicho tratado se complemente además con tres protocolos dirigidos a combatir el lavado de dinero, el secuestro, el tráfico ilícito de personas, la corrupción y otros crímenes relacionados.
Por ejemplo: El Comando conjunto de las fuerzas armadas tienen la misión de la Conducción de las Operaciones y Acciones Militares de las Fuerzas Armadas, enmarcadas en el respecto al Derecho Internacional Humanitario.
En la Labor internacional: El Perú, en su calidad de miembro fundador de la Organización de las Naciones Unidas, ha tenido un alto nivel de participación en las misiones de paz, colaborando con tropas para los Cascos Azules. El Perú ha enviado tropas del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea. En la actualidad participa con personal militar que se desempeña como Observadores Militares, miembros de Estado Mayor e integrantes del Contingente Militar denominado; “Compañía de Infantería Perú. Asimismo, el Perú ha colaborado con tropas para los Cascos Azules, desde Junio de 1958, cuando los primeros militares peruanos viajaron al Líbano para participar en la Misión de Observadores de las Naciones Unidas en Líbano (UNOGIL). Allí permanecieron hasta diciembre de ese año. Posteriormente en noviembre de 1973, un numeroso grupo de oficiales y suboficiales llegó al Medio Oriente para tomar parte en la Fuerza de Emergencia de las Naciones Unidas II (UNEF II) que había sido establecida por el Consejo de Seguridad un mes antes, a raíz del conflicto que estalló entre Egipto e Israel, los militares peruanos – parte de un contingente internacional de siete mil hombres – integraron el reconocido “Batallón Perú.
En la Defensa Nacional: Las fuerzas armadas también enfrentan el problema del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM) el cual se expresa en la presencia de tres elementos interrelacionados que lo convierten en una realidad muy complicada:
- Pobreza y Pobreza Extrema: La mayoría de la población del VRAEM (76.1%), se encuentra en situación de pobreza, porcentaje que duplica el promedio nacional. La pobreza extrema, alcanza a la mitad (50,1%) de los pobladores del valle, en tanto que, a nivel nacional al 13,7% de los peruanos.
- Tráfico ilícito de drogas: La presencia del narcotráfico se expresa en el creciente incremento del número de hectáreas de producción ilegal de hoja de coca. Existían 16,019 has de hoja de coca en el 2007 (8,100 has en 1999), con una producción de alrededor de 51,000 TM de hoja de coca, con un desvío de 11,000 TM de insumos químicos y con una capacidad potencial de producir 137 TM de cocaína.
- Terrorismo: Los remanentes de “Sendero Luminoso”, mantienen su accionar violento en el marco de un limitado discurso político-terrorista y valiéndose de su conocimiento de la zona y experiencia en asesinatos, se han involucrado en el tráfico ilícito de drogas, para brindar seguridad en su traslado así como en el de insumos; e inclusive, cultivan hoja de coca, procesan y comercializan clorhidrato de cocaína, lo que les permite disponer de una importante fuente de financiamiento y mayor influencia sobre la población. Asimismo, existe una ley que establece beneficios por colaboración eficaz en el ámbito de la criminalidad organizada ley nº 27378 y beneficios por colaboración eficaz asimismo medidas de protección para aquellos ciudadanos que deseen acogerse a esta ley.
La participación de las FFAA también se circunscribe en apoyo a la PNP cuando se sobrepase la capacidad operativa de esta, el accionar de FFAA estará dirigido a garantizar el funcionamiento de Entidades, Servicios Públicos Esenciales y resguardar Puntos Críticos Vitales. De la misma manera también apoya a la PNP en temas de tráfico ilícito de drogas, terrorismo, protección de instalaciones estratégicas para el funcionamiento del país y servicios públicos esenciales y en otros casos constitucionalmente justificados en que la capacidad de la Policía sea sobrepasada en el control del orden interno; sea previsible o existiera el peligro de que esto ocurriera.
De la misma manera, el Comando conjunto de las fuerzas armadas tiene la misión de la erradicación de la minería ilegal e informal, así como participar en las acciones de apoyo a la zona de desastres naturales y acciones cívicas humanitarias.[1]
Mi opinión es que los riesgos que enfrentan las fuerzas armadas dependen de las funciones que se les asignen. Si estas no están claramente definidas y reguladas siempre hay riesgo de:
- Exceder el mandato y generar una contingencia de Derechos Humanos o legal en general
- Emplear los recursos fuera de los fines presupuestales aprobados,
- Exponer al establecimiento militar a circunstancias políticamente comprometedoras o a tareas para las que no son idóneos (apoyo directo al desarrollo económico, funciones policiales directas o asistencialismo social)