Estados Unidos abandona la UNESCO.

El 31 de diciembre, EE.UU. se retiró oficialmente de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Un día después Israel abandonó, también de forma oficial, este organismo internacional.

Ambos países ya habían anunciado sus decisiones de retirarse de la UNESCO en el 2017 tras largas tensiones con esa agencia de la ONU, a la que habían culpado de tener un sesgo propalestino.

El presidente de Israel, Reuven Rivlin, calificó la medida de su homólogo norteamericano, Donald Trump, como valiente y moral porque para él “la Unesco se había convertido en un teatro de lo absurdo y porque en lugar de preservar la historia, la distorsionaba”. Esta postura motivó a que ambas naciones exijan que haya mejores reformas para los países que se quedan.

En 2017, la entonces directora del mencionado organismo dijo públicamente que la acción de Estados Unidos e Israel “es una pérdida para la familia de las Naciones Unidas y para el multilateralismo”.

Según consigna The Washington Post, las salidas de Washington y Tel Aviv no tendrán un gran impacto financiero para la UNESCO, ya que la agencia ha estado lidiando con una reducción de fondos desde el 2011, cuando tanto Israel como Estados Unidos dejaron de pagar sus cuotas tras la inclusión de Palestina como Estado miembro. Desde entonces, se estima que EE.UU. había acumulado 600 millones de dólares en cuotas impagas, siendo uno de los motivos por los cuales el presidente Donald Trump decidió retirarse. Israel le debe a la UNESCO un monto estimado de 10 millones de dólares.

No es la primera vez que Estados Unidos se retira de la UNESCO. El gobierno de Ronald Reagan ya lo hizo en 1984, porque consideraba a la agencia mal administrada, corrupta y utilizada para promover los intereses soviéticos. Estados Unidos se reincorporó al organismo en el 2003.

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