Renegociando…ando: La reestructuración empresarial en épocas de COVID-19

Renegociando…ando: La reestructuración empresarial en épocas de COVID-19

Definitivamente a más de uno la pandemia originada por el COVID-19 lo ha encontrado desprevenido y con poco o nulo margen para poder adoptar medidas paliativas en su negocio, haciendo que muchas empresas tengan que reinventarse, buscar eficiencias, detectar unidades de negocio improductivas (debido a que las mismas no tienen sustento en este contexto), cerrar en el medio de la cuarentena con las consecuencias que ello origina, entre otras.

Quizá alguno de nosotros ha pensado en las alternativas antes descritas de manera intuitiva, sin embargo, cada una de ellas se sustenta en el presupuesto y flujo financiero que cada empresa deberá plantear desde cero bajo un contexto no pensando, como es el de una crisis sanitaria que ha afectado a todos los mercados.

Un punto que no debe perderse de vista es que los proveedores son socios estratégicos de sus clientes y los bancos buscan colocar capital bajo una determinada tasa de interés, pero a ninguno de ellos les resultará productivo o beneficioso hacerse de proceso de recuperación de deuda y terminar quedándose con activos castigados. Por el contrario, al proveedor, le interesará continuar vendiendo y, al banco, recuperar su capital.

Es por ello que la situación antes descrita hará que los empresarios como primera medida a traten de parar la hemorragia (entendida como pérdida de liquidez) que sus empresas están teniendo, tratando de reducir todos aquellos costos que bajo este nuevo contexto han devenido en innecesarios y aquellos gastos que no contribuyen al negocio[1].

Es ahí, que la reestructuración empresarial surge como un mecanismo por el que las empresas pueden optar para solucionar el problema generado por la falta de liquidez. Entendiéndose el mismo como un proceso de negociación directa con cada uno de los acreedores y deudores de la empresa, y alternativo al procedimiento concursal.

Siguiendo la línea antes mencionada, lo primero que tendrá que hacerse es una radiografía del flujo financiero de la empresa, esto supone poder identificar el proceso productivo de la misma, los activos y pasivos críticos comprometidos por esta.

Dicha acción podrá realizarse identificando todas aquellas acreencias y obligaciones contractuales asumidas por la empresa, los riesgos inherentes a estas, a fin de poder proponer soluciones contractuales.

Una vez ordenada la casa, se podrá tener una visión clara de aquellos ingresos y egresos que mantendrá la empresa durante el curso de su operación e identificar la necesidad de liquidez para que el negocio no deje de andar.

En este punto deberá plantearse a los acreedores el Plan de Reestructuración de la empresa, proponiendo, por ejemplo:

  • Nuevos esquemas y términos contractuales,
  • Asegurando las acreencias con garantías,
  • Consolidando acreedores,
  • Constituyendo fideicomisos para proteger los flujos,
  • Tercerizar una línea de producción buscando eficiencias,
  • Ingresando nuevos accionistas con capital fresco,
  • Escindir un bloque patrimonial,
  • Entre otras opciones.

Cuando el mencionado Plan de Reestructuración se encuentre consensuado con los acreedores es que el mismo deberá ser puesto en práctica, debiendo mantenerse un control cercano acerca su aplicación, pues el mismo puede ser objeto de ajustes en el tiempo.

En suma, nos debemos llevar la idea que un proceso de restructuración empresarial no debe angustiar a las empresas, por el contrario, debe verse como una oportunidad para buscar eficiencias, y un mecanismo alternativo al procedimiento concursal.

Finalmente, a la fecha contamos con la creación del Procedimiento Acelerado de Refinanciación Concursal (PARC) aprobado por el Decreto Legislativo No. 1511 el cual busca reducir la tramitación de los procedimientos concursales volviendo el mismo más eficientes, no obstante, habrá que esperar al reglamento a ser preparado por el INDECOPI.

[1] Debiendo entenderse por costo, como aquellos desembolsos que hace la empresa para generar valor, y por gasto, como aquellos desembolsos originados por la propia operación del negocio.

Socio Área Administrativa Estudio Barrios & Fuentes Abogados

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