Los jefes de Estado y Gobierno del continente finalizaron, el pasado sábado 14 de abril, la VIII Cumbre de las Américas, cuyo principal tema de debate era la corrupción, problema principal que agobia a la región.
Los líderes americanos sostuvieron encuentros bilaterales para tratar asuntos tanto regionales como locales, como los acuerdos comerciales subregionales, seguridad y lucha contra el narcotráfico o migración, entre otros. El gobierno bolivariano no asistió a la VIII Cumbre de las Américas, pero la situación de Venezuela fue uno de los puntos importante a tratarse en la cumbre.
“Nos sentimos muy satisfechos“, concluyó el Presidente peruano, Martín Vizcarra. “Hemos superado el ámbito declarativo para pasar a la acción, para en el futuro rendir cuentas a los ciudadanos“, añadió tras refrendar la tolerancia cero contra la corrupción. El Compromiso de Lima propone 57 puntos para el fortalecimiento de la gobernabilidad democrática, la transparencia y el acceso a la información, el financiamiento de partidos y campañas electorales, la prevención de la corrupción en obras públicas y contrataciones, la cooperación jurídica internacional y el fortalecimiento de los mecanismos anticorrupción.
En reemplazo del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, asistió su vicepresidente, Mike Pence, quien se reunió con los presidentes de México, Perú y Argentina. Durante el encuentro, el mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto, abordó con Pence la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que está próximo a cerrarse. Igualmente, Peña Nieto le exigió a Pence respeto por parte de la Casa Blanca hacia su país.
El jefe de Estado colombiano, Juan Manuel Santos, le pidió al enviado de Trump que su país sea eximido de los aranceles al acero (25%) y al aluminio (10%), impuestos recientemente divulgados por la Casa Blanca.
“Les vamos a solicitar que en ese frente, que en el caso colombiano son cifras muy pequeñas (las exportaciones de dichos materiales), nos incluyan en los países exentos de ese arancel“, dijo Santos.
Igualmente, Bogotá volvió a pedir el apoyo de Washington para el ingreso de Colombia en la OCDE: “le conviene también a EEUU que nosotros estemos ahí, porque es nuestro principal inversor y el principal socio comercial”, dijo el Presidente Santos.
Pence, por su lado, exaltó al mandatario colombiano por su “compasión y generosidad” con los millones de venezolanos que han llegado a Colombia huyendo de la crisis en su país, al igual que su determinación en la lucha contra las drogas. Recordó que su país ordeno girar USD 2.5 millones para atender a los migrantes venezolanos que llegan a Columbia y anunció que aportará USD 16 millones adicionales para asistencia humanitaria a los migrantes venezolanos.
“Le aseguro que la relación entre nuestros países nunca ha sido tan sólida como en la actualidad”, dijo el enviado de la Casa Blanca.
En una breve reunión con el presidente anfitrión, Martín Vizcarra, el vicepresidente estadounidense también reconoció el papel de Perú por su liderazgo y la “fuerte posición” adoptada por Perú contra el Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela. Pence también felicitó a nuestro mandatario por el “éxito” de la Cumbre, a la vez que ratificó el apoyo a las aspiraciones de Perú de hacer parte de la OCDE.Vizcarra, por su parte, destacó el énfasis de la Cumbre frente a la corrupción y la adopción de un documento de consenso frente a este flagelo.
Por problemas de agenda, Mike Pence, no logró reunirse con el presidente argentino Mauricio Macri.
Macri, entretanto, sí sostuvo encuentros con sus homólogos de Colombia y Panamá, con el premier canadiense, Justin Trudeau, y con el senador Republicano estadounidense, Marco Rubio. Trudeau le extendió la invitación al presidente argentino para que su país participe de la reunión del G7 en Quebec como observador, en su condición de ser organizador del próximo G20.
Los gobernantes también hablaron de la situación de Venezuela y otros temas de la agenda bilateral, como inversiones mineras en Argentina, las exportaciones de carne vacuna y pollo, y las importaciones de cerdo desde Canadá.
Con Juan Manuel Santos, el mandatario argentino dialogó acerca de los avances que Colombia y Argentina lograron en el intercambio de información para mejorar los controles y el combate contra el narcotráfico. Los mandatarios acordaron que el vicepresidente de Colombia, Óscar Naranjo, viaje a Argentina para reunirse con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y perfeccionar la colaboración entre ambos países en la lucha contra el crimen organizado. Los jefes de Estado analizaron la posibilidad de que Argentina envíe a Colombia cascos blancos a la frontera con Venezuela.
También dialogaron sobre el proceso que se adelanta para alcanzar un acuerdo del Mercosur con la Unión Europea (UE) y una convergencia con la Alianza del Pacífico.
El presidente argentino le manifestó a su homólogo Santos el interés de ampliar la frecuencia de los vuelos directos entre ambos países y acordaron trabajar para lograr un convenio bilateral que elimine la doble imposición.
La Alianza del Pacífico ocupó un lugar importante en la agenda paralela de la Cumbre de las Américas. Al término de una reunión entre los presidentes de los Estados que conforman este bloque (México, Colombia, Perú y Chile) se acoró que a partir de julio los países asociados podrán incorporarse al grupo. En la reunión estuvo presente el jefe de Gobierno de Canadá, que se encuentra en proceso de ingreso, quien recalcó que “la Alianza del Pacifico es un buen tratado de libre comercio que ha tenido un éxito tremendo y que supone grandes oportunidades para los cuatro países”.
Los Presidentes, Primeros ministros y cancilleres asistentes firmaron el ‘Compromiso de Lima’, un acuerdo de 57 puntos que contiene acciones concretas para la lucha contra la corrupción en diferentes áreas de Gobierno.
La estrategia incluye el fortalecimiento de las instituciones y la autonomía e independencia judicial, transparencia y acceso a la información, protección de periodistas y personas que investiguen casos de corrupción, incrementar la confianza de los ciudadanos, prevenir la corrupción en contratos públicos y en el financiamiento de campañas en periodos electorales, entre otros.
Detrás del propósito principal que convocó a los líderes americanos, la Cumbre en Lima abordó de manera importante otros tres asuntos, a los que todos los Gobiernos hicieron alusión: su preocupación por la crisis política, económica y social en Venezuela, a quien se le retiró la invitación; el asesinato de tres periodistas ecuatorianos por una disidencia de la extinta guerrilla de las Farc y el ataque conjunto en Siria a tres puntos donde presuntamente se crean y almacenan armas químicas.
Plena unanimidad que no se alcanzó, como era de esperar, respecto al principal problema que hoy sufre el continente. Los gobiernos que conforman el Grupo de Lima, más Estados Unidos y Canadá, sí dieron un paso más en su presión contra Caracas en una estrategia de largo aliento que mantiene el desconocimiento a las elecciones presidenciales de mayo y que alerta ante la masiva diáspora de los venezolanos y sus consecuencias, que ya se notan en los distintos países. Tanto es así que en las instalaciones de la Cumbre trabajaron un buen número de venezolanos, incluidos dos antiguos dirigentes juveniles de las opositoras Primero Justicia y Voluntad Popular. Entre 200.000 y 300.000 emigrantes llegados de Venezuela viven hoy en Perú.
La iniciativa la tuvo Colombia, país que más está sufriendo la fuga de los criollos.“Seremos implacables con el régimen represor”, aseguró Juan Manuel Santos, “un régimen que quiere perpetuarse con unas elecciones que debemos desconocer todos los aquí presentes, elecciones diseñadas para maquillar a un dictador”.
Palabras muy duras respaldadas por otros gobernantes, como el argentino Mauricio Macri, quien ratificó que no aceptarán el resultado electoral y calificó como insostenible la crisis humanitaria. El chileno Sebastián Piñera resumió el sentir de este grupo de países: “Venezuela es un problema de todos, allí no hay democracia ni respeto a los derechos humanos”. “Completamente inaceptable”, añadió el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
El vicepresidente estadounidense Mike Pence fue el encargado de cerrar las intervenciones de la sesión plenaria con un alegato para justificar el bombardeo en Siria y con una declaración de culpabilidad contra Nicolás Maduro, responsable del “sufrimiento” del pueblo venezolano, que vino acompañada de un recordatorio de las acciones de su administración: sanciones contra dirigentes chavistas; acciones contra el petro, criptomoneda bolivariana, y los 16 millones acordados en ayuda humanitaria para los emigrantes venezolanos.
“El presidente Trump cree que es hora de hacer más. Agradezco a todos los países por repudiar lo que sucede en Venezuela… EEUU no quedará mirando cómo Venezuela se derrumba“, concluyó el enviado de Washington.
Pero no todos los países repudiaron al gobierno de Caracas, como es evidente. El canciller cubano, Bruno Rodríguez, solicitó permiso para responder a Pence. Y lo hizo con un largo discurso en el que resumió las tradicionales demandas históricas de Cuba, además de defender a Maduro.
Más allá de la solidaridad cubana con su gran aliado, de la Cumbre de Lima se recordará un mensaje contundente para un gobierno con oídos sordos. Las reacciones desde Caracas llegaron al instante, durante la marcha convocada por la revolución en la capital venezolana. “Pretendieron excluirme de la Cumbre y lo que hicieron fue fracasar…Me siento un presidente pueblo, curtido en tantas batallas libradas junto a ustedes, siempre con el pueblo como principal razón“, contestó Maduro.
Otras respuestas sobre el tema electoral habían llegado por adelantado, con advertencia incluida. Diosdado Cabello, número 2 del chavismo, aseguró que la victoria de Maduro en mayo serviría para hacer de la “revolución bolivariana un hecho total y absolutamente irreversible”.
“La región se ha alienado, aún más, en un bloque crítico al régimen de Maduro. Los intercambios y declaraciones personales deben ser mucho más duros que la declaración conjunta“, resumió el politólogo Félix Seijas, director de Delphos.
“No hubo acuerdo en Lima sobre Venezuela“, reconoció el senador cubanoamericano Marco Rubio, que acompañó al vicepresidente Mike Pence.
La mitad de los presentes en la capital peruana sí exigieron al gobierno bolivariano unas elecciones “con las garantías necesarias para un proceso libre, justo, transparente y democrático, sin presos políticos y participación de todos los actores políticos“. Los 16 países, conformados por el Grupo de Lima más Bahamas y EEUU, que se sumó por primera vez a una de sus conclusiones, descalificaron una vez más los comicios del 20-M, que “carecerán de legitimidad y credibilidad”.
El presidente peruano Martín Vizcarra, cuya diplomacia buscó sumar nuevos adeptos a la lucha por la democracia en Venezuela, reconoció ante los medios que no es “fácil” encontrar una solución. “Todos sabemos cuál es el problema, pero es difícil encontrar una solución. Sobre todo cuando una sanción puede afectar al pueblo. En Venezuela se están alterando todo los principios democráticos“, subrayó el sucesor de Pedro Pablo Kuczynski, uno de los principales impulsores del Grupo de Lima.
Los países que suscribieron el comunicado final son Perú, Colombia, Chile, Argentina, Brasil, Canadá, Costa Rica, Paraguay, Panamá, Honduras, Guatemala, México, Guyana y Santa Lucía, que conforman el Grupo de Lima, más EEUU y Bahamas.
Los firmantes exhortaron a la ONU y a la OEA a que coordinen forma inmediata un programa de asistencia humanitaria “para aliviar la situación de sufrimiento y escasez que padece el pueblo de Venezuela”.