Desde tiempos remotos el Perú ha sido un país de eminente tradición minera. Esto último, desde la época pre-inca, inca, colonial y republicana.Bajo este contexto, no resulta difícil afirmar que la minería peruana ha tenido un papel trascendental como principal catalizador de la inversión productiva en nuestro país.A lo largo del siglo pasado, a inicios del año 1900 y en las siguientes décadas, en el Perú la actividad minera fue desarrollada por algunos grupos como el de la familia alemana Plücker, Backus & Jhonston, Benavides, entre otras cuya visión pudo hacer del negocio minero una actividad de gran perspectiva. Sin embargo, y muy a pesar del compromiso del minero peruano, por esos años la actividad minera era liderada predominantemente por la minera norteamericana Cerro de Pasco Copper Corporation(CPCC) que poseía diversos activos mineros en operación.
La CPCC, por esos años, disponía de gran tecnología y capital para emprender proyectos de gran envergadura. Pero, es hasta el año 1974 que la Cerro de Pasco Copper Corporation[1] pasa a manos del estado, que la actividad minera llega a tener un marcado retroceso tecnológico y económico que repercutió en el horizonte minero de nuestro país, generando grandes pasivos mineros-ambientales. De esta manera, con la llegada de la década de los 80´s, la actividad minera retrocedió significativamente. En dicha época, problemas estructurales como la deuda externa, la hiperinflación, el estatismo y la alarmante situación de la subversión tenían a nuestro país al borde del colapso económico y social. Este panorama minero, sobre el que se venía desenvolviendo nuestro país, se mantendría hasta inicios de la década de los 90´s, que fue una década se pasa a revalorizar la propiedad y se comienza a brindar a los inversionistas facilidades en el entendido que le minería constituía una actividad trascendental para el despegue económico de nuestro país.
En los años 90´s con la llegada al gobierno del Ing. Fujimori se procedió liberalizar y flexibilizar las normas de promoción minera para las actividades mineras, permitiendo el ingreso de diversas empresas privadas en reemplazo de Minero Perú. Con estas medidas, el estado peruano se desprendía paulatinamente de su vocación eminentemente minera para convertirse en un ente regulador del mercado. En este contexto, cada vez más empresas mineras de capitales extranjeras y nacionales con buenas prácticas corporativas comienzan a ganar escena a través de la compra de activos mineros que estuvieron en manos del estado. Es en esta coyuntura, que de manera gradual se fue perfilando el concepto de Responsabilidad Social Empresarial (RSE)[2] en sus operaciones y en sus relaciones con el gobierno y el entorno productivo[3].
Es de esta manera, que al ser el sector minero particularmente sensible a los distintos cambios y movimientos sociales, como producto de la globalización en el plano tecnológico, social, ambiental y técnico, es que se hacía indispensable poner en marcha todo un paquete de medidas estratégicas orientadas a promover la responsabilidad social empresarial que permita un adecuado relacionamiento de la empresa minera con sus grupos de interés coordinando acciones conjuntas en el plano social. En este propósito, es imposible hablar de RSE de las empresas mineras sin abordar el concepto de desarrollo sostenible, que le permite a las empresas de las industrias extractivas, lograr la realización de sus actividades productivas en armonía con el medio ambiente y el equilibrio socioeconómico.
En este escenario, resulta de especial importancia que las empresas mineras puedan alinear sus intereses corporativos con los de su entorno productivo para promover canales de diálogo para el desarrollo sostenido de su área de influencia y generar empleo. Desde el año 2000 y hasta la fecha, con la modernización de operaciones mineras existentes, el ingreso de nuevas operaciones mineras y la promoción de numerosos proyectos de exploración minera, la noción de RSE de entre las empresas del sector pasó a convertirse en un elemento diferenciador dentro de los factores competitivos del rubro, redundando en la imagen de las empresas, en la confianza del mercado y en su manejo económico-financiero. En este escenario, aparecieron diversas organizaciones promotoras de la ética, la RSE y la transparencia en las operaciones mineras.
Entre las principales organizaciones que promueven un desempeño ético de las empresas industriales y mineras con RSE, podemos citar: a la Sociedad Nacional de Minería Petróleo y Energía (SNMPE), que agrupa a las empresas del sector minero-energético[4]. Otra organización, que merece atención, lo es Perú2021, que es una entidad orientada a la promoción de un manejo empresarial viable difundiendo estrategias destinadas a asegurar el desarrollo sostenible.Otras organizaciones relevantes son: IPAE, CONFIEP, SIN, entre otros. En este punto, cabe agregar que siguiendo la corriente de desarrollo sostenible, equilibrio ambiental y derechos humanos, los distintos organismos nacionales y los estados miembros de las Naciones Unidadas comenzaron a adoptar dentro de sus legislaciones nacionales, diversas pautas orientadas a la consecución del desarrollo sostenible.
En el caso de nuestro país, se adoptaron una serie de dispositivos como los Principios Voluntarios en seguridad y derechos humanos, el Pacto Mundial del Desarrollo Sostenible, las pautas establecidas por el Consejo Internacional para los minerales y metales, entre otros. En el plano local, el estado peruano promulgó normas tales como: el D.S N° 042-2003-EM que establece el compromiso social previo, las Guías de relaciones comunitarias del Ministerio de Energía y Minas y la Resolución Ministerial N° 596-2002-EM/DM, que es el reglamento de consulta y participación ciudadana en el procedimiento de aprobación de los estudios ambientales en el sector energía y minas. Un asunto que merece especial atención, es el del alcance de la Ley N° 29785 Ley de Consulta Previa a los pueblos indígenas y originarios, así como su Reglamento aprobado por D.S N° 001-2012-MC, que fueron promulgados en Setiembre del 2011 durante el gobierno del Presidente Humala[5].
Ahora bien, en relación a las propias empresas del sector minero, consideramos pertinente hacer mención los grandes esfuerzos de estas mismas por autorregularse a través de sus propios protocolos empresariales que constituyen pautas estandarizadas adoptadas por estas en aspectos comunitarios, ambientales y sociales. Es así, que en los últimos años diversas organizaciones relacionadas con el sector minero industrial comenzaron a premiar las buenas prácticas empresariales, la RSE y el desarrollo sostenible. Dentro de estas, cabe mencionar el premio que otorga PriceWaterhouseCoopers (PWC) de la empresa más admirada del año y el de IPAE. También, existen otros premios empresariales tales como: el premio empresa peruana del año, premio ecoeficiencia del Ministerio del Medio Ambiente y de la creatividad empresarial.
En muchos de estos casos, son las empresas mineras quienes tienen participación importante en el financiamiento de los premios; Mientras que en otros casos, son co-financiados junto con empresas e instituciones de otros sectores. Por ejemplo: el premio Southern Perú que se otorga desde el año 1996 junto a la Pontificia Universidad Católica del Perú. También, tenemos el premio a la creatividad empresarial organizado por la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) y auspiciado por Southern Perú, entre otros. Con todo lo dicho, podemos decir que las estrategias de RSE practicadas por las empresas mineras en el Perú ha dado paso a un nuevo concepto de RSE enfocado en gran medida en la búsqueda de la inclusión social y aporte nacional[6]. Hoy en día, y muy a pesar de los grandes avances en los aspectos relativos a la RSE por parte de las empresas mineras, desde la década de los 90´s a la fecha, se ha podido detectar una alta conflictividad social y ambiental que encarece el diálogo entre los actores[7].
Esto último, por la mala percepción que se ha venido formando la población a lo largo de todos estos años respecto a las empresas mineras por los grandes pasivos ambientales e inconvenientes de gestión. En nuestros días, resulta paradójico que siendo hoy en día la minería formal el motor del crecimiento e inclusión social, se le siga atribuyendo la responsabilidad por las protestas sociales cuando quienes hoy en día contaminan de manera alarmante son los mineros ilegales e informales de 21 de las 25 regiones de nuestro país. Se cree, que gran parte de estos conceptos erróneos respecto a la actividad minera, se encuentran alimentados por intereses subalternos con afanes políticos e ideológicos, así como por el mal manejo de los programas de RSE por parte de algunas empresas mineras. Por estas consideraciones, es que las empresas mineras deben de redefinir de manera periódica sus estrategias de relacionamiento con su entorno para adaptarlas a los nuevos escenarios políticos, culturales y sociales tan cambiantes[8]. Siguiendo esta línea de pensamiento, y de acuerdo a lo analizado en el presente apartado, se ha podido identificar aspectos a considerar para mejorar la Gestión de la RSE en las empresas mineras del Perú, estos son los siguientes: primero, que en el relacionamiento de la empresa minera con su entorno tome en cuenta el desarrollo socio-cultural del sujeto del área de influencia, brindándole capacitación e identidad para dotarlo de productividad y así valerse por sí mismo a futuro.
Segundo, en cada proyecto y operación minera, la empresa tomará en cuenta el contacto directo con la población mostrando comprensión de la realidad local. Por último, la empresa minera deberá integrar en su vida cotidiana como actor protagónico a la población de la zona en su proceso productivo a través de la generación de canales de diálogo. En este sentido, la inversión prevista por parte de la empresa minera debiera de estar enfocada no sólo en proyectos para aliviar la pobreza, sino en aquellos que redunden en el desarrollo productivo a través de la generación de Clusters de empresas integradas con el aparato productivo de la empresa minera[9]. De esta manera, se podrá ir retirando poco a poco la creencia del clientelismo y la visión paternalista, con la cual es siempre asociada la operación minera. Como se expresó a lo largo de este artículo, resulta imposible hablar de RSE de las empresas mineras, sin abordar el concepto de desarrollo sostenible que permite armonizar la actividad productiva de la empresa extractiva con el equilibrio socioeconómico.
Resulta de especial importancia, que las empresas mineras puedan alinear sus intereses corporativos con los de su entorno ambiental para el desarrollo de su área de influencia. En nuestros días, y muy a pesar de los grandes avances en los aspectos relativos a la RSE por parte de las empresas mineras, desde la década de los 90´s hasta nuestros días, se ha podido detectar alta conflictividad social y ambiental. Por estas consideraciones, es que las empresas mineras deben de redefinir de manera periódica sus estrategias de relacionamiento con su entorno para adaptarlas a los nuevos escenarios políticos, culturales y sociales tan cambiantes, para disminuir los desencuentros entre los diversos actores del escenario minero. En esta línea, creemos que toda empresa minera debe de tomar en cuenta en su proceso de relacionamiento social y en la construcción de su vínculo con las áreas de influencia los siguientes asuntos claves: empleo, el uso de tierras, la fuerza laboral, el impacto ambiental, la adquisición local, la inversión social, el transporte, el uso de regalías, impuestos, los grupos de interés y participación, así como el aspecto vinculado al canon minero; Elementos que podrán ser determinantes para asegurar una relación fructífera con el entorno minero.
[1] Barrios Napuri, Carlos. “La Minería en la sierra central del Peru”. http://www.eumed.net/libros-gratis/2008b/403/indice2.htm
[2] Canessa Illich, Giuliana y García Vega, Emilio. El ABC de la Responsabilidad Social en el Perú. Perú 2021.org con colaboración de Profuturo AFP. Primera Edición. Mayo 2005. Siklos S. R. Ltda.
[3] Vale decir, que el concepto de RSE llega a tener especial trascendencia en las empresas industriales en la década de los 90´s, porque comienza a integrar la noción de RSE como un fenómeno indispensable dentro de la organización en general.
[4] La misma que alimentada por la corriente internacional del desarrollo sostenible y de las nuevas tendencias de RSE, establecieron un Código de Conducta de obligatorio cumplimiento por parte de las empresas afiliadas a la organización
[5] Derecho a la Consulta Previa a los Pueblos Indígenas y Originarios. Octubre 2014. Sociedad Peruana de Derecho Ambiental.
[6] Bermúdez Tapia, Lelly. Gestión Pública y Desarrollo. Informe Especial. Junio 2013. Año 6. N° 71.Editorial Tinco S.A.
[7] Arredondo Polar, Alberto. Responsabilidad Social Empresarial. Una Síntesis de ideas y casos. Documento Resumen preparado para la red Iberoamericana de Universidades por la RSE. Junio 2009.
[8] Responsabilidad Social Empresarial en el Sector Minero. Agosto 2007. Informe Social Capital Group por encargo de Oxfam América. Asociación Prodiálogo prevención y resolución de conflictos.
[9] Como lo son los programas de capacitación para operar máquinas, preparar artesanos, orfebres, emprendedores e incentivar proyectos para favorecer la industria alimentaria, turística, para favorecer la cultura, el arte y la investigación, entre otros que creen valor